Autocronograma

AUTOCRONOGRAMA

2008: 23 años deseando esta carrera.

2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.

2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.

2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.

2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.

2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.

2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.

2016: El año del Alemán obligatorio.

2017: Dicen que me tengo que recibir.

2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.

2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)

2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".

2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.

2022: O que será que será Que andam sussurrando em versos e trovas 2023: Verano de escritura de 3 monografías y una obra teatral para cerrar racimo de seminarios. Primer año de ya 15 de carrera en que no sé qué me depara el futuro marzo ni me prometo nada.

12 de mayo de 2012

Grupo Tadaima Traduce literatura de la bomba atómica

Literatura de la bomba atómica (原爆文学, Genbaku bungaku)

Tomado de http://www.tadaima.com.ar/

Hemos traducido por primera vez al español desde el japonés, una serie de poemas pertenecientes a un género muy poco conocido en Occidente como lo es el genbaku bungaku. Según Tsukui Yoshiko: “Esta literatura nació en agosto de 1945 cuando, al reconocer las ruinas de Hiroshima y Nagasaki, los escritores empujados por el pueblo tomaron conciencia de su misión: ‘Estoy vivo, debo dejar asentada esta experiencia’” (Shakai bungaku, 4, VII, 1990).



Se trata de un corpus de diarios, documentos, poesía, obras de teatro, cuentos, novelas, manga, anime y obras de ficción que central su temática en el momento de la catástrofe atómica y en sus efectos y consecuencias posteriores. En muchísimos casos no se trataba de obras de escritores profesionales sino de diferentes ciudadanos que encontraron en la literatura una forma de narrar la experiencia y de expresar lo inefable de la guerra. Hijo del renacimiento pacifista de Japón, el género llamado genbaku bungaku es una respuesta escrita y reflexiva de una sociedad poco dada a expresar sus sentimientos públicamente como la japonesa.

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El genbaku bungaku fue censurado entre los años 1945 a 1950, en primera instancia siendo esto responsabilidad de las autoridades norteamericanas a través del Código Especial de Prensa decretado por el Servicio de Información GHQ de las Fuerzas Aliadas. También fue desestimado por diversos escritores japoneses de la época. Aquella literatura que focalizaba en la representación directa de la guerra tendía a ser ignorada por la literatura “pura” (por la literatura llamada jun bungaku) de los bundan, esto es, de los círculos literarios centrales de Tokio, precisamente porque la mímesis directa del horror y la catástrofe no concordaban con las predominantes corrientes literarias de la época. Incluso los círculos literarios de Hiroshima desacreditaron esta literatura y sólo empezó a ser revalorada en la década del 60 cuando diversos autores ya consagrados comenzaron a publicar libros y antologías sobre la bomba atómica (entre ellos deben destacarse a Ōe Kenzaburō y a Ibuse Masuji, el último de los cuales escribió la famosa novela Lluvia negra, 黒い雨).

Dado que en muchos casos esta literatura no era producida por escritores propiamente dichos sino por ciudadanos de diferentes ámbitos que encontraron en la literatura una posibilidad de expresión, los autores profesionales que se especializaron en este género se caracterizan por: i) re-introducir el carácter empírico de la narración; ii) reactivar la función moral o ética dentro de la literatura; iii) considerar el valor estético e interpretativo del arte en tanto función social de una práctica discursiva mucho más que como un fin en sí mismo.

Se consideran fundantes del génerotres obras de dos autores profesionales: “Natsu no Hana” (夏の花, “Flores de verano”, 1947) de Hara Tamiki y Shikabane no machi (屍の街, La ciudad de los cadáveres, 1948) de Yōko Ōta. Más adelante, los antes mencionados Ōe Kenzaburō e Ibuse Masuji basaron muchas de sus obras siguientes en obras menores del genbaku bungaku.

Existe una extensa producción de haiku y tanka dentro de este género, sobre todo de parte de civiles que antes no habían participado dentro del campo literario nacional. De hecho, en Nagasaki existe una Competencia de Haiku del Aniversario de la Bomba Atómica de Nagasaki. Entre las colecciones más reconocidas deben mencionarse la que Matsuo Atsuyuki escribió 1945 (1945年) luego de que sus dos hijos menores de 1 y 4 años murieran en el bombardeo, seguidos por su hijo del medio, luego por su esposa, finalmente quedando su otra hija como última sobreviviente quien vivió enferma el resto de su vida; esta colección estuvo prohibida durante la ocupación y fue publicada en 1955. Otro caso es el de la Antología de tanka de Hiroshima (歌集廣島, KashūHiroshima), unos mil poemas seleccionados por Seishi Toyota y otros poetas y hibakusha de entre unos 6500 que había aparecido en periódicos diversos.

La catástrofe de Fukushima del 11 de marzo de 2011 revivió muchos de los funcionamientos expresivos del genbaku bungaku, tanto en su carácter de crítica social como de posibilidad de expresión por parte de escritores y de la población entera de Japón.


VER ANTOLOGÍA DE POEMAS EN EL BLOG DE TADAIMA

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