Autocronograma

AUTOCRONOGRAMA

2008: 23 años deseando esta carrera.

2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.

2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.

2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.

2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.

2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.

2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.

2016: El año del Alemán obligatorio.

2017: Dicen que me tengo que recibir.

2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.

2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)

2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".

2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.

2022: O que será que será Que andam sussurrando em versos e trovas 2023: Verano de escritura de 3 monografías y una obra teatral para cerrar racimo de seminarios. Primer año de ya 15 de carrera en que no sé qué me depara el futuro marzo ni me prometo nada.

31 de mayo de 2021

Enterrados sin hipótesis ni feminista ni siglonovenista

Bueno, ya pasó. Ya sucedió, el sábado pasado, la entrevista con Vitagliano y no logré articular hipótesis alrededor de las personajes mujeres (centrales para mí pero, parece, que para nadie más) ni sobre la necesidad de volver a la funcdación de "La Patria" con P de Patriarcado allá en el siglo XIX. La charla giró amenamente sobre los modos de escritura, las claves de la novela que no vimos y el autor tuvo que decirnos explícitamente (los azulejos celestes son de la Bibliteca Nacional, la novela empeieza y termina con la palabra "creo" en dos acepciones diferentes).

25 de mayo de 2021

Me estaba peleando con Enterrados, de Miguel Vitagliano, y de repente vi la luz

 Buenas tardes, Lara, cumpas: Les escribo en este feriado porque he avanzado con Enterrados y quiero desdecirme de todos mis disgustos del sábado pasado. ¡Mejora un montón!!! ¡Como si las piedras se acomodaran!! (Ah, no eso eran los melones) Cuando hablamos yo iba por el capítulo 18 y ahora por el 40, veremos, por ahí hacia el final cambio de nuevo, je.

Digo que fui encontrando sentidos a las conexiones y desconexiones iniciales. Aparece en capítulo 36 una justificación explícita del enterrado como pesadilla de Mitre y mi idea de intertextualidad con "El milagro secreto" aparece directamente: "La oscuridad de ese hombre prisionero librando una batalla, entregado a su milagro secreto." (P. 121)
Incluso las personajes femeninas empiezan a formar constelación de sentido (Ya les diré si se me ocurre alguna hipótesis antipatriarcal).

Creo que me interesaría preguntarle a Vitagliano algo como: ¿Por qué un escritor como él, del siglo XXI, recoma la línea de la tradición literaria argentina directamente del siglo XIX? ¿Qué pasó o no pasó en el s. XX que no está todavía "solucionado" o "procesado" y necesitamos volver a Mitre y a Sarmiento y a la Guerra Guasú? ¿Por qué Borges es tratado como contemporáneo, como par, y no como antecedente? (Digo esto no solo por esta novela sino tb por gestos como el de Cabezón Cámara con Las aventuras de la China Iron) Incluso me llaman poderosamente la atención todas las referencias a la educación (sentimental y literaria) ligadas direcatmente con Francia: ¿Qué linaje continúa la literatura argentina que fue planteado en los orígenes de la Nación y todo lo que transcurrió, literaria y políticamente, durante el siglo XX no pudo o no supo cortar o reencausar? ¿Sería un indicio que se tomen a Mitre y a Sarmiento como centrales y a Alberdi como citas, epígrafe disruptivo?

Quisiera creer que la centralidad de las personajes como Delfina y La Linch indican que ese proyecto inicial fue parcial, viril, civilizatorio en la líneal patriarcal del liberalismo y por eso todavía estamos tratando de completarlo. Je. Pero para esto último todavía no tengo evidencia (o poca aún).

Abrazo
Paula Irupé

20 de mayo de 2021

Vocación de alumna y cuentos que nacen

 Durante mis cuatro horas de seminario de hoy, geniales hasta el sacudimiento como todos los jueves desde hace dos o tres meses, orgullosa de aprender, de escuchar y de buscar a estes poetas en lengua indígenas que nos propone Violeta Percia, digo, hoy, recién, delante de pantalla y con mate y galletitas con queso al lado, he empezado dos cuentos nuevos. Serán de mi serie "de terror", de los que obedecen, obedientes felices, el pedido, mandato, idea genial, de Mariana Enriquez de hacer personajes literarios con los monstruos y monstruosidades de Nuestra América, Abya Yala.

Uno se llama, por ahora, en archivo de drive caliente: "Vi los códices arder", verso de la machi Pinda. El otro "El tacloache", a partir de mito de tatú carreta o mulita o armadillo para la nación mepá, retomado por poemas de Hubert Mitiwáa.

Me parece un pedo político. Escribo por la rabia

 

Hubert Martínez, ganador del premio de literaturas indígenas de América 2017. Manuel ndiva'i.

Antes de convertirse en poeta de la lengua mè´phàà, Hubert Martínez Calleja, Premio de literaturas indígenas de América 2017, era metalero. Bajo la luz fluorescente del bar en el que nos encontramos el 11 de septiembre de 2018, al filo de las siete de la noche, me enseña con orgullo las improntas de ese pasado: tres perforaciones y un rostro aguerrido que raya entre la locura, la sensibilidad y la violencia.

Nació en Malinaltepec, Guerrero, el 27 de septiembre de 1986. Con los seudónimos Hubert Matiúwaà y Hubert Malina publicó los poemarios Xtámbaa/Piel de tierra (Pluralia/Secretaría de Cultura, 2016), Tsína rí nàyaxà/Cicatriz que te mira (Pluralia/Secretaría de Cultura, 2017) y Las sombrereras de Tsísídiin (Instituto Nacional de Lenguas Indígenas/Universidad de Guadalajara, 2018). Además, ha sido becario del PECDA (2015-2016) y del Fonca (2016-2017).

Como uno de los exponentes de la literatura en mè´phàà, cualquiera creería que su filiación por la lengua se gestó en él antes de su nacimiento, como una herencia inculcada por sus padres desde la concepción, pero no:

—Todo fue por un compa, con quien estudié en Guerrero. Él escribió un ensayo sobre la lengua mè´phàà y un maestro de nuestra universidad le dijo: “De eso no hables que es de changos”. Yo le agarré el hombro y le dije: Oye, no te agüites cabrón: yo soy indígena como tú y nos vamos a fundamentar hasta partirle su madre a ese güey”. Leímos día y noche. Leímos como enfermos. Se lo refutamos y fue nuestra victoria. Ahí comprendí la importancia.

A Hubert lo motiva lo mismo que motivó a Lucio Cabañas y Genaro Vázquez: encauzar la rabia hacia un acto que cambie la vida de su pueblo, el cual, de acuerdo a lo que dice en la mesa al compás de sus puños, ha sido reprimido por casi 700 años. Primero por los españoles y ahora por los narcos. Su poemario, Las sombrereras de Tsísídiin, acreedor del Premio de Literaturas Indígenas de América 2017, habla sobre la trata de mujeres en Guerrero porque para Hubert la literatura también puede ser una crítica social y  política; algo que definirá como “crear una consigna que por tan hermosa es imposible franquear o permitir que se la lleve el aire”; algo que  ejemplificará con Roque Dalton y los poetas de Nicaragua, país en el que vivió durante el año 2015.

—Yo no sé si me consideran panfletario. Eso, al chile, me tiene sin cuidado.

Y son, quizá, muchos los asuntos que le importan poco a Hubert. No busca el reconocimiento ni la ovación, ni que su nombre aparezca como letrero luminoso en las revistas prestigiosas. Llega solo al bar, huyendo, como acostumbra, de los juegos de máscaras, de los rituales cortesanos que imponen un modelo literario muy propio de las provincias. Me dice que ha postergado viajes para leer y seguir escribiendo. Lo hace —recalca— porque le importan cosas elementales: la preservación de su lengua y su cultura.
—Tan ocupado como me quieren tener, ¿a qué hora voy a tener chance de leer y escribir? —dice— ¿A qué hora voy a vivir?

Hace unos meses publicó un mensaje en Facebook avisando que no participaría en más eventos hasta finales de 2019. Sin embargo aceptó publicar textos en Tierra Adentro y mantener una columna en el suplemento “Ojarasca” de La Jornada nacional. Viéndolo desde este punto de la mesa, envueltos en música norteña, con tres poemarios, un premio internacional y varios nacionales a cuestas, Hubert resulta un escritor completo. Pero, cinco años atrás, se encontraba a la deriva. Alejado de los grupos literarios de Guerrero y Ciudad de México (de lecturas donde un escritor connotado le dijo: “Qué bueno que viniste, pero tu poesía es una mierda”), trabajando solo, escribiendo sus poemas en mè´phàà y luego traduciéndolos al español, Hubert siempre creyó en sí mismo.

Se acomoda los lentes, seca el sudor que le escurre por la mejilla, bebe un trago de cerveza y dice:

—A mí me gusta la violencia. La violencia como un acto estético. Se escriben, así, poemas bien vergas.

En contraste con el gabán y el sombrero negro de ala ancha que usa en la mayoría de sus fotografías, viste una camisa roja, abierta hasta la mitad del pecho; pantalón de mezclilla, mocasines negros. Mueve las manos hacia los lados y, para remarcar los argumentos importantes, forma un puño que sella con fuerza en lugares específicos de la mesa.

Su idioma, el tlapaneco o mè´phàà, catalogado como una lengua otomangueana, cuenta con pocas investigaciones sobre su situación actual. Datos recabados en 1994 consignaron que hace 25 años tenía cerca de 100 mil hablantes repartidos entre la Chinameca, en el estado de Morelos, y al centro, norte y sur del estado de Guerrero, principalmente en las regiones conocidas como La Montaña y La Costa Chica de Guerrero.

Asimismo, durante el año 2010 el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró 392 localidades donde el 5% o más de la población hablan tlapaneco.

Hubert, sin embargo, apunta que la pérdida de su idioma se debe fundamentalmente al desplazamiento, es decir, gente que huye de sus sitios de origen para evitar ser víctima de la violencia generalizada.

De acuerdo con la Comisión Mexicana en Defensa y Promoción de los Derechos Humanos (CMDPDH), entre enero de 2016 y diciembre de 2018 el total de personas desplazadas por la fuerza ascendió a 338 mil 405. Tan solo en 2018 registraron que los estados más afectados fueron Guerrero, con 5 mil 56 personas desplazadas; Chiapas, con 5 mil 35; Sinaloa, con 836; Oaxaca, con 300 y Michoacán con 240. Remarcaron que los principales afectados son personas en situaciones de vulnerabilidad como “niñas, niños, adolescentes, adultos mayores, personas indígenas y periodistas”.

 

2

—¿Es difícil traducir tus poemas al español?

—Por supuesto, porque durante muchos años la lengua indígena no se escribió. Era una situación que obedecía a un pensamiento hegemónico, sentenciaba que solo se debe escribir lo que tiene historia, y los pueblos originarios o indígenas fueron desplazados; se les negó su historia. —El puño de Hubert forma una parábola, cae junto a los vasos—. Eso ha sido complicado porque apenas en los sesentas salen lingüistas de las comunidades y comienzan a sistematizar una gramática. De cualquier modo, la gente de las comunidades no sabe leer mè´phàà ni escribirlo. Para empezar algunos ni siquiera saben hablar español.

—¿Qué tan atrás se fueron los lingüistas para generar esa gramática? ¿Códices?

—Tienen un patrón derivado de los tomos universales. Ahí toman grafías, escuchan como suena y lo van armando. Podríamos crear un idioma si quisiéramos. La palabra está viva, pues. Y todos podemos crear un lenguaje. Lo complejo en este caso es escribirlo. Pero a la gente de mi pueblo, particularmente, no le interesa escribir. Sobre eso hay un punto que me gusta: yo soy el primer poeta en escribir un libro de poemas en mè´phàà, pero no soy el primero en hacer poesía. Tenemos una tradición de narradores orales súper chingones.

—Es sabido cómo son los escritores en lengua castellana, pero me pregunto: ¿cuáles son las condiciones que definen al escritor en lengua indígena?

—Estamos entre dos mundos: el mundo de la oralidad y el mundo de la escritura. En el primero eres un narrador, alguien que sabe una historia y es bueno contándola. En el otro tienes que ponerte disciplinado, ajustarte a la lógica de la escritura, lo que es una ventaja y una desventaja porque las lenguas minoritarias, las llamadas indígenas, casi no tienen lenguas escritas; la ventaja es que cuando se logra escribir aumenta el conocimiento de los pueblos; y la desventaja es que, como son de tradición oral, a la hora de escribir una historia cambia porque la forma de narrar en el pueblo es distinta. Si yo te contara ahora una historia en el pueblo tendría que partir de los elementos con los que convivimos para meterlos en la narración, actualizarla de acuerdo al lugar y a quién la escucha. En cambio, en un libro tienes que elegir una de esas cosas. En un libro no partes de esos elementos y tú eliges el ambiente de tu narración, un ambiente que se petrifica en una página. En el pueblo, cada quien reproduce la historia a su manera. Las narraciones en los pueblos son dinámicas, vivas; tienen otro sentido de ser. Te digo: nunca les interesó escribir, pero son excelentes narradores orales. Con mirar el ambiente van agregando elementos nuevos.

 

3

Hubert conduce una motocicleta y arriba hacia la montaña de Guerrero con el viento estrellándose contra su rostro, ese viento entre húmedo y cálido que impera en uno de los estados más violentos del país. La moto es un escarabajo metálico que, dice, está bien vergas, y le sirve para contemplar el abismo cuando atraviesa las curvas cerradas. En lo alto, donde los campesinos subsisten del cultivo de Amapola, Hubert vuelve a casa luego de meses de respirar smog: charlas, presentaciones, clases, el espectro total de la vida urbana.

El escarabajo se abre brecha haciendo estruendo y espanta a las señoras recargadas en los muros; a los niños que juegan maquinitas en la penumbra de los tendejones, que de súbito voltean y abren los ojos como cerillos encendidos en la oscuridad. Hubert atraviesa la tarde como pretende atravesar el olvido y reivindicar la lengua con la que los hombres y mujeres que ahora salen de la milpa hablan de la lluvia, del brocal roto; con la que fusionan la risa de los animales nocturnos con su propia risa o con sus vidas y movimientos.

—Soy uno de los primeros que sale de la comunidad y se enfrenta al mundo de la academia, los festivales, la literatura. El hecho de que haya estado fuera franqueó un estatus de poder. La banda de mi pueblo ahora dice: a huevo, yo también puedo estar en ese festival. Y eso me hace feliz.

—Los pueblos más cabrones desaparecieron —agrega mientras se acomoda los lentes, bebe un trago de cerveza y mueve los dedos como si señalara los puntos precisos de un mapa invisible—, y los inteligentes, los que supieron dialogar, jugar sus piezas ajedrez, hoy perduran. Nosotros tenemos 700 años de resistencia y de no ceder. Nunca fuimos diplomáticos. Por eso estamos aislados en la montaña.

Sobre la preponderancia de la lengua indígena —por encima del español— durante el proceso de escritura, Hubert dice:

 —Escribo en mè´phàà porque, más allá del romanticismo, me parece un pedo político. Escribo por la rabia. Escribo en mè´phàà porque me lleva a emociones distintas y mundos mucho más extraños dentro mi memoria. Porque la lengua se mete y explora. Me atraviesa. En cambio, mi español es limitado: el español (incluso el que usamos ahora) es básico, un idioma que usamos solo para comunicarnos. Por eso no me alcanza el español para traducir el mè´phàà.

“Pienso que cada cultura va a entender la poesía en respuesta a una necesidad de su existencia. En mi lengua siempre se tiene que escribir para dejar constancia de un tiempo. Si no, ¿quién contaría la historia del pueblo? Sin historia no habría rituales, no sabrías por qué el conejo se unió a la rama de un chile, por qué el tlacuache tuvo fuego en la cola, por qué las serpientes formaron los cerros y trazaron los caminos hacia la montaña. Las historias marcan un tiempo de la existencia, y el que a nosotros nos tocó vivir como pueblos originarios ha sido un tiempo en el que nuestro pueblo ha sido excluido y ha sido sistemáticamente violentado. Ante esto, podríamos hablar de las estrellas, pero me parece una responsabilidad abordar la violencia que vivimos: de que llegan los narcos y nos desaparecen; de que las mineras se llevan nuestros recursos y acaban con el agua. Creo que ese es el tiempo que hay que marcar en la memoria; el tiempo que nos tocó vivir, que es un tiempo culero”.

En ese sentido, Hubert coincide con lo que plantea Francisco Javier Romero en su ensayo La literatura indígena mexicana en búsqueda de una identidad nacional (Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, 2010), donde se argumenta que las literaturas indígenas buscan una identidad propia, ajena a las construcciones que el Estado ha hecho sobre sus culturas. En el tránsito de lo oral a lo escrito, sostiene Romero, en particular en la poesía, se ha dado un proceso de resistencia cultural, que, si bien antes se centró en contar la época posterior a la conquista, actualmente se enfoca en “su seno terrenal para manifestar su existencia y exigir con su literatura un lugar en la nación que los vio nacer”. Como poeta, Hubert ha colocado una lupa sobre la marginación, la violencia y el rezago institucional que afectan a los pueblos originarios de Guerrero. Para él, escribir en lengua mè´phàà es un acto de resistencia.

 

4

Luego de impartir un taller de escritura en mè´phàà, Hubert notó que la gente de su comunidad comenzó a escribir sobre los problemas de los que él escribe: narco, violencia, represión política y pobreza. Comprendieron que esa realidad les pertenecía, que había que reflejarla.

—Reconocieron que se trata de un problema que, por encima de la poesía tradicionalista, tiene que ser evidenciado.

Por lo tanto, su caso dio una pauta creativa a los jóvenes escritores de la región, quienes, desde la lengua indígena, repararon en que ellos también pueden visibilizar los problemas de La Montaña, vivir de la escritura, viajar a los festivales, reproducir su realidad a través de la poesía y la prosa.

Con esto, Hubert se refiere a una suerte de “salto al exterior” que, como menciona Javier Romero, consiste en plasmar los sentimientos, la realidad y las exigencias desde la escritura indígena, pero con pleno conocimiento de la cultura nativa a la que pertenecen, así como de la cultura mestiza occidentalizada del mundo urbano latinoamericano.

—En mi caso he escrito sobre puros temas sociales— dice sobre este punto—. Mi primer libro habla sobre Ayotzinapa, en los siguientes he hablado sobre narcotráfico y los asesinatos. En mi tercer libro, el que ganó el premio, hablé sobre la trata de niñas. He intentado abandonar la idea romántica del indígena que ama la tierra, que solo escribe sobre ella. —Pone el puño sobre la mesa para remarcar una frase importante—. ¿Cómo voy a hablar de la tierra y el sol si vienen unos pinches sicarios y ejecutan niños en la montaña?

Argumenta que el establishment todavía no respeta sus costumbres. Dice que espera el momento en que puedan ser ellos mismos, con todo lo que implica culturalmente. No obstante, es realista y duda que suceda pronto.

—¿Cuánta banda armada perdió la vida en la lucha? Hemos luchado por años. Lo que nos falta es establecer alianzas. Las fronteras no sirven. A fin de cuentas, lo que todos buscamos es que los pueblos tengan autonomía en sus decisiones. Lo primero: su propio gobierno; lo segundo: una economía propia. Ambas cosas imposibles desde la visión occidental.

Finalmente habla sobre Nicaragua, donde vivió durante el año 2015 mientras realizaba una estancia de investigación.

—Cuando estuve en Nicaragua aprendí algo sobre los poetas: ellos hicieron la revolución sandinista. ¿Sabes quién mató a Somoza? Un poeta. Todos los poetas participaron en la revolución. Ahí quieren a los poetas, la gente sabe que dicen cosas que son ciertas, que van contra el poder, que hablan sobre las causas sociales. No son poetas acomodaticios y agachados, así como se entiende la poesía en algunas partes de México. Aquí el poder los institucionalizó. Los poetas se vendieron. Es una mafia que se ha perpetuado y que te dice “mejor no escriban sobre las condiciones sociales”. Sobre esto te digo: si vas a hablar de condiciones sociales, hazlo con estética, con reglas, con técnica, se trata, pues, de crear una consigna que por tan hermosa es imposible franquear o permitir que se la lleve el aire. Como los poetas de Nicaragua, como lo hizo el salvadoreño Roque Dalton.

15 de mayo de 2021

Burton personaje de saga CF de Farmen: Basta para mí, basta para todes

 

A vuestros cuerpos dispersos

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A vuestros cuerpos dispersos
de Philip José Farmer Ver y modificar los datos en Wikidata
GéneroNovela Ver y modificar los datos en Wikidata
SubgéneroCiencia ficción Ver y modificar los datos en Wikidata
Tema(s)Resurrección Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalTo Your Scattered Bodies Go Ver y modificar los datos en Wikidata
CubiertaIra Cohen Ver y modificar los datos en Wikidata
EditorialG. P. Putnam's Sons Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísEstados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicaciónJunio de 1971 Ver y modificar los datos en Wikidata
PremiosPremio Hugo (1972) Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición traducida al español
Traducido porDomingo Santos
EditorialUltramar
CiudadBarcelona
PaísEspaña
Fecha de publicación1985
Mundo del Río
A vuestros cuerpos dispersos

A vuestros cuerpos dispersos (To your scattered bodies go) es una novela de ciencia ficción del escritor Philip José Farmer, ganadora del Premio Hugo el año 1972. Es el primer tomo de la Saga del Mundo del Río.

Esta novela refiere como Richard Francis Burton fallece en 1890. Inmediatamente despierta en medio de millones de cuerpos flotando en la nada, pero antes de poder descubrir qué es lo que sucede, es dormido nuevamente por unas criaturas presuntamente extraterrestres.

Despierta luego a orillas de un río que corre entre escarpadas montañas, junto con diversos seres humanos de la más distinta extracción. Mientras todos se extrañan y maravillan de su segunda vida, Burton recuerda el incidente entre su "muerte" y su "resurrección", y se propone alcanzar las fuentes del río (así como en vida ha intentado alcanzar las fuentes del Nilo). En este periplo se hace amigo del cavernícola Kazz, de la tocariana Loghu, del extraterrestre Monat, y de Alice (la misma protagonista de Alicia en el país de las maravillas, de Lewis Carroll). Sin embargo, termina por perecer accidentalmente, no sin poder quitarse de encima a un molesto Hermann Goering.

Poco a poco, Burton llega a la convicción de que el río abarca todo el planeta, y a lo largo del mismo han sido resucitados todos los 36.000 millones de seres humanos que han existido desde los tiempos del titántropo (una misteriosa raza primitiva) hasta el año 2008, en que un desafortunado incidente con la raza de Monat ha aniquilado a la Humanidad. Sin embargo, a medida que va averiguando más datos sobre los Éticos (denominación que se le otorga a los misteriosos individuos que han resucitado a la Humanidad), Burton se hace más peligroso para éstos, por lo que comienza una mortal carrera para mantenerse fuera de su alcance.

Finalmente, un misterioso Ético renegado revela a Burton que el regalo de la resurrección en realidad es parte de un inhumano experimento, después del cual los humanos serán simplemente eliminados. A su vez, Burton es capturado por los Éticos mismos, quienes le revelan que el Ético renegado miente a los seres humanos para llevarlos a la perdición. Devuelto al Mundo del Río, y sin saber a ciencia cierta si debe creer a los Éticos, o al Ético renegado, Burton se resuelve a alcanzar definitivamente el origen del río, para descubrir la verdad por sí mismo.


El fabuloso barco fluvial

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El fabuloso barco fluvial
de Philip José Farmer Ver y modificar los datos en Wikidata
GéneroNovela Ver y modificar los datos en Wikidata
SubgéneroCiencia ficción Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalThe Fabulous Riverboat Ver y modificar los datos en Wikidata
CubiertaRichard M. Powers Ver y modificar los datos en Wikidata
EditorialG. P. Putnam's Sons Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísEstados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicación1971 Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición traducida al español
TítuloEl fabuloso barco fluvial
Mundo del Río
El fabuloso barco fluvial

El fabuloso barco fluvial es una novela de Philip José Farmer, escritor estadounidense de ciencia ficción, que es el segundo tomo de la Saga del Mundo del Río.

El fabuloso barco fluvial no se centra en el personaje de Richard Francis Burton, como el tomo primero (A vuestros cuerpos dispersos), hasta el punto en que ni siquiera figura como personaje. En su reemplazo están el escritor Mark Twain y su amigo el titántropo Joe Miller, quienes al comenzar el periplo viajan con la banda vikinga de Erik Hacha Sangrienta, a la cual le han prometido hierro con el cual construir un barco para alcanzar el origen del gigantesco río en que habitan. El misterioso Ético renegado interviene entonces, descargando un meteorito encima del río que transporta el hierro (inexistente en el valle). Twain y Hachasangrienta consiguen ganar la posición, pero deben defenderla de una serie de otros estados miniatura formados alrededor. Finalmente, para salvar el preciado meteorito, Twain traiciona y da muerte a Hachasangrienta, haciendo su socio al invasor Juan Sin Tierra de Inglaterra. De esta manera, Twain termina obligado a compartir el poder en Parolando (la república creada por Twain) con Juan Sin Tierra. Tras múltiples incidentes (entre los cuales está la aparición de la celta Gwenafra, que en el primer tomo vagó con Burton hasta separarse accidentalmente de él), Mark Twain construye un gigantesco barco fluvial. Sin embargo, en el momento culminante en que se dispone a zarpar, Juan Sin Tierra se apodera del barco y expulsa a los aliados de Twain, por lo que éste jura alcanzar a Juan Sin Tierra y darle muerte junto con hundir su barco.

A diferencia del primer tomo de la obra, en donde el interés está centrado en los viajes individuales de Burton y su banda, en el segundo tomo del Mundo del Río el lector asiste a la formación de pequeños estados y reinos, y a las consiguientes intrigas palaciegas derivadas de la política internacional, dando un paso adelante en la obra.



El oscuro designio

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El oscuro designio
de Philip José Farmer Ver y modificar los datos en Wikidata
GéneroNovela Ver y modificar los datos en Wikidata
SubgéneroCiencia ficción Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalThe Dark Design Ver y modificar los datos en Wikidata
CubiertaVincent Di Fate Ver y modificar los datos en Wikidata
EditorialG. P. Putnam's Sons Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísEstados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicación1977 Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición traducida al español
TítuloEl oscuro designio
Mundo del Río
El oscuro designio

El oscuro designio es una novela de ciencia ficción escrita por el novelista estadounidense Philip José Farmer, tercera parte de la Saga del Mundo del Río.

A diferencia del tomo primero (A vuestros cuerpos dispersos), en donde se siguen las aventuras de la banda de Richard Francis Burton, o el segundo tomo (El fabuloso barco fluvial), en donde a través de la lucha de Mark Twain por construir un barco de paletas con el hierro de un meteorito el lector asiste a la creación de estados y reinos dispersos a lo largo del gran río, el tomo tercero contiene múltiples historias paralelas. Según refiere el propio Farmer, el tercer tomo debía cerrar el ciclo, pero las dimensiones mastodónticas del mismo le obligaron a sumar después un cuarto tomo (El laberinto mágico) para cerrar la historia. Por lo mismo, el tercer tomo no sólo es el más largo, sino el de estructura más débil de toda la saga.

En el tercer tomo comienza el asalto definitivo contra la Torre de las Nieblas, que esconde los secretos de los Éticos (incluyendo la identidad del Ético renegado). El objetivo se hace más angustioso que nunca, ya que las pequeñas resurrecciones (producidas después de las muertes de quienes han sido resucitados a lo largo del Mundo del Río) han cesado, y la muerte ahora es definitiva.

Juan Sin Tierra sigue a bordo del barco que ha robado a Mark Twain, mientras que este ha conseguido construir uno nuevo en Parolando, y emprende el viaje detrás para hundir a Juan Sin Tierra. Por su parte el ingeniero de Twain, Firebrass, se queda en Parolando para terminar la construcción de un proyecto mejor: un dirigible para alcanzar la Torre de las Nieblas. Por su parte, Burton prosigue su expedición, pero ha ido tomando nota de que existen muy pocas personas resucitadas, que hayan muerto después de 1983, llegando a la conclusión de que aquellos que sostienen haber muerto entre 1983 y 2008 en realidad son agentes de los Éticos, infiltrados entre los humanos. Empero, antes de poder echarle mano a su compañero el extraterrestre Monat (quien ha referido que la Humanidad ha sido exterminada el año 2008 por accidente), este desaparece.

El dirigible gobernado por Firebrass alcanza finalmente la Torre de las Nieblas, pero fracasa en su empeño por ingresar a la misma. Un acto de sabotaje lo hace reventar en el aire, mientras que uno de sus tripulantes (que después se descubre como el misterioso Ético renegado) consigue escapar. De esta manera, quienes quedan en posición definitiva para el asalto son las expediciones de Burton, Twain y Juan Sin Tierra, cerrándose así la novela con un final abierto.


El laberinto mágico (Farmer)

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El laberinto mágico
de Philip José Farmer Ver y modificar los datos en Wikidata
GéneroNovela Ver y modificar los datos en Wikidata
SubgéneroCiencia ficción Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalThe Magic Labyrinth
EditorialBerkley Books Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísEstados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicación1980 Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición traducida al español
TítuloEl laberinto mágico
Mundo del Río
El laberinto mágico

El laberinto mágico es una novela de ciencia ficción de Philip José Farmer, que conforma el cuarto volumen de la Saga del Mundo del Río.

Según confesión del propio Farmer, la saga inicialmente debía ocupar tres volúmenes, pero la inusual extensión del tercero (El oscuro designio) hizo que se decidiera a fragmentarlo en dos, surgiendo así el cuarto volumen que debería cerrar la historia (con posterioridad añadiría una continuación: Dioses del Mundo del Río). Por eso, este volumen no tiene comienzo definido, y no funciona bien salvo a la luz de los anteriores tres; la mayor parte del volumen se dedica a cerrar las múltiples tramas secundarias abiertas en los tomos anteriores.

Después de la destrucción del dirigible de Firebrass, se supone que el misterioso Ético renegado ha abordado uno de los dos barcos fluviales que se dirigen hacia los orígenes del gigantesco Río. Ambos navíos llegan hasta Virolando, el primero de los estados del Mundo del Río, lugar en donde tiene lugar una salvaje batalla entre Juan Sin Tierra y Mark Twain. Finalmente, Juan Sin Tierra termina hundiéndose, encerrado en su propio barco, mientras que Mark Twain fallece de un ataque al corazón, luego de haberse salvado de graves peligros, al reencontrarse por accidente con Erik Hachasangrienta, a quien años antes ha dado muerte en Parolando.

Richard Francis Burton toma a un grupo de expedicionarios, supervivientes todos de la dantesca batalla, entre los cuales teóricamente está el Ético renegado. Emprende así un arriesgado viaje más allá de las barreras geográficas creadas para impedir el acceso de los humanos a la Torre de las Nieblas. Tras superar los obstáculos, uno detrás de otro, consigue alcanzar la misteriosa fortaleza de los Éticos, sólo para encontrarla desierta. Burton descubre la identidad del Ético renegado, pero al mismo tiempo se enfrenta a un dantesco problema: la supercomputadora que controla las resurrecciones desde la Torre de las Nieblas está a punto de morir, lo que originaría una catástrofe de proporciones para los habitantes del Mundo del Río, ya que la computadora controla los wathans, las almas sintéticas de que han sido provistos los humanos en épocas prehistóricas, y por ende la destrucción de la computadora implica la muerte de toda la Humanidad. Al propio tiempo, todos los Éticos han sido exterminados por el renegado. Finalmente Alice (la Alice que en la Tierra ha servido de inspiración para Lewis Carroll, para escribir Alicia en el país de las maravillas) descubre la manera de reparar a la computadora y salvar los wathans de toda la Humanidad, por lo que Burton y sus mercenarios quedan como dueños absolutos de la Torre, y con ellos de los 36.000 millones de seres humanos resucitados por los Éticos a orillas del Mundo del Río.



Dioses del Mundo del Río

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Dioses del Mundo del Río
de Philip José Farmer Ver y modificar los datos en Wikidata
GéneroNovela Ver y modificar los datos en Wikidata
SubgéneroCiencia ficción Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición original en inglés Ver y modificar los datos en Wikidata
Título originalGods of Riverworld Ver y modificar los datos en Wikidata
EditorialG. P. Putnam's Sons Ver y modificar los datos en Wikidata
PaísEstados Unidos Ver y modificar los datos en Wikidata
Fecha de publicación1983 Ver y modificar los datos en Wikidata
Edición traducida al español
TítuloDioses del Mundo del Río
Traducido porDomingo Santos
EditorialUltramar
CiudadBarcelona
PaísEspaña
Fecha de publicación1989
Mundo del Río
Dioses del Mundo del Río

Dioses del mundo del río es una novela de ciencia ficción, la quinta y última de la serie de libros Mundo del Río, escrito por Philip José Farmer. Fue reimpreso en 1998 por Del Rey bajo el título Los Dioses del Mundo del Río.

El libro concluye las crónicas de las aventuras de Sir Richard Burton, Alice Pleasance Liddell, Aphra Behn y Tom Turpin a través de un más allá extraño en el que cada ser humano que ha vivido es a la vez resucitado a lo largo de un valle que se extiende sobre un planeta entero.

La saga original tenía cuatro tomos (A vuestros cuerpos dispersosEl fabuloso barco fluvialEl oscuro designio y El laberinto mágico), y culminaba con la toma de posesión de Burton y los suyos, de los portentosos poderes encerrados en la supercomputadora de la Torre de las Nieblas. Sin embargo, Farmer agregó este quinto tomo.

Trama[editar]

Esta obra principia con el misterioso asesinato del Ético renegado. Burton y los suyos, inquietos por saberse los únicos residentes de la Torre de las Nieblas, se proponen encontrar al asesino, pero éste parece querer jugar con ellos al gato y al ratón. Al poco tiempo, el grupo se interesa más por los poderes de la Torre de las Nieblas, y comienza a resucitar seres humanos a su gusto al interior de la misma. Las cosas se complican cuando los resucitados siguen resucitando más y más personas, lo que origina un problema demográfico de proporciones al interior de la Torre... Además de la posibilidad de que Burton y los suyos sean derrocados. En este sentido, la novela es una interesante repetición del tema del aprendiz de brujo, y una continuación de los tomos anteriores.