Qué genial es el libro de Fermín Rodriguez, Un desierto para la nación: La escritura del vacío. Lo compré en mayo, de mala gana, tratando de entusiasmarme con el seminario de literatura argentina del siglo XIX que tanto rechazo me causa. Y acá estoy: Terminado el seminario, que fue genial aunque sigo odiando a Alberdi, Sarmiento y la gauchesca, leyendo este texto que combina tan maravillosamente el recorrido por los autores canónicos con las crítica de novelas y cuentos relacionados con ideas geniales que me despiertas otras ideas geniales (o no tanto) para mis trabajos académicos (del seminario y también del final que preparo hace tres años de Argentina II) y para mi escritura novelar. Tengo los márgenes todos escritos con iluminaciones (no-iluminadas) y fragmentos de frases para "Paulita y la tía Inés".
(Y recién voy por la página 116 de sus 400 y pico. Espero absorta el resorte que, dentro de mí misma, me tire de cabeza en mi propia novela abandonada y retomada tantas veces)
Autocronograma
AUTOCRONOGRAMA
2008: 23 años deseando esta carrera.
2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.
2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.
2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.
2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.
2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.
2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.
2016: El año del Alemán obligatorio.
2017: Dicen que me tengo que recibir.
2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.
2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)
2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".
2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.
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