Autocronograma

AUTOCRONOGRAMA

2008: 23 años deseando esta carrera.

2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.

2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.

2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.

2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.

2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.

2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.

2016: El año del Alemán obligatorio.

2017: Dicen que me tengo que recibir.

2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.

2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)

2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".

2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.

2022: O que será que será Que andam sussurrando em versos e trovas 2023: Verano de escritura de 3 monografías y una obra teatral para cerrar racimo de seminarios. Primer año de ya 15 de carrera en que no sé qué me depara el futuro marzo ni me prometo nada.

29 de abril de 2013

A propósito de Tiresias y sus tetas

Las metamorfosis de Tiresias



Versión sobre el origen de los dones de Tiresias en Ovidio

Mientras Tiresias paseaba por el bosque en el Monte Cilene, en el Peloponeso, encuentra a dos serpientes que estaban apareándose y las separa con un golpe de su bastón.7 Hera, disgustada, de inmediato lo transforma en mujer. Tiresias permanece con esta apariencia durante siete años y se convierte en sacerdotisa de Hera. Se casa y tiene una hija, Manto, que también heredará el don de la profecía. (Según otras versiones Tiresias mujer fue una prostituta de gran renombre). El octavo año, Tiresias-mujer vuelve a ver de nuevo a las mismas serpientes aparearse. Según unas versiones las dejó tranquilas, según otras (Higino), las volvió a pisotear. Como premio a su comportamiento, Hera le levantó el castigo y le devolvió su masculinidad. Ovidio dice: «Si cuando se os castigó, le dice, vuestro poder es tan grande para cambiar la naturaleza de vuestro enemigo, voy a cambiaros una segunda vez».
En un episodio separado sigue la narración. En una discusión en el Olimpo, Zeus pretendía que en el acto sexual la mujer sentía más placer que el hombre y su esposa Hera pretendía lo contrario. Los dioses decidieron pedir el consejo de Tiresias, que tenía la experiencia de ambos sexos. Tiresias se pone de parte de Zeus, y declara: «De diez partes un hombre solamente goza de una». Hera inmediatamente lo volvió ciego por su impiedad. «... ofendida que no es conveniente para un sujeto ser tan ligero, y condena los ojos de su juzgado a las tinieblas eternas». Zeus no podía ir en contra de la decisión de Hera, pero, para compensar su ceguera, le ofreció el don de la adivinación y una larga vida de siete generaciones humanas.


Recreaciones artísticas

Literatura posterior al periodo clásico

La figura de Tiresias ha sido muy querida por escritores y poetas. Tiresias representa muchas cosas: el adivino más grande de los mitos clásicos; la figura maldecida por los dioses; el arquetipo del travestismo, hombre- mujer; su personaje ha sido muy útil para desarrollar ideas de muchos creadores. En el clímax de la obra de Luciano de Samosata Menipo o La nigromancia, a Tiresias, en el Hades, se le hace esta pregunta: «¿cuál es la mejor manera de vivir?»; y su respuesta es desconcertantemente moderna: «la vida de un individuo corriente: olvidarse de los filósofos y de su metafísica».30 Es un consejo pragmático y moderado, el consejo que mejor representa el mensaje moral de la corta historia.

En la Divina Comedia (Infierno, Canto XX), Dante sitúa a Tiresias en el cuarto hoyo del octavo círculo del Infierno, el círculo destinado a los personajes fraudulentos (el cuarto hoyo es para los adivinos). Tiresias es condenado a caminar toda la eternidad con la cabeza vuelta atrás: mientras vivió siempre se esforzó en mirar al futuro, en el Infierno, debe mirar solamente atrás. Manto, su única hija, también debe recibir su mismo castigo.31
Más recientemente, Tiresias fue el título de un poema de Lord Tennyson publicado en 1885 en el poemario Tiresias and other poems ("Tiresias" y otros poemas).

En el drama surrealista de Guillaume Apollinaire Las tetas de Tiresias (Les Mamelles de Tirésias, 1917), Teresa, una joven feminista casada que se niega a tener hijos, se convierte en un «señor mujer» después de liberarse de sus pechos y adoptar el nombre de Tiresias; su marido, en cambio, se ocupará de traer miles de hijos al mundo para repoblar la ciudad de Zanzíbar. Teresa reaparece al final de la obra bajo los rasgos de una cartomántica, paródico vestigio del papel profético de Tiresias.

La figura del adivino tebano también desempeña un papel importante en la obra del poeta inglés T.S. Eliot La tierra baldía (1922), en la que, mediante su función de adivino, puede aparecer como una figura simbólica del creador.

Frank Herbert, el conocido autor de novelas de ciencia ficción, también utiliza las características míticas de Tiresias en la segunda novela de su ciclo Dune: El mesías de Dune (Dune Messiah, 1969). El protagonista, Paul Atreides, pierde la vista pero tiene poderes proféticos que provienen de penetrar en la parte masculina y femenina de la psique.

En la novela de Lawrence Durrell Balthazar (1958), la segunda parte de la tetralogía El cuarteto de Alejandría, varios de los personajes de la novela tienen momentos proféticos, sobre todo Melissa, Scobie y Balthazar. Scobie viste trajes cruzados, sugiriendo el motivo andrógino de Tiresias. La novela también tiene una corta canción rimada: Old Tiresias / No-one half so breezy as, / Half so free and easy as / Old Tiresias.

La poeta Carol Ann Duffy escribió un poema titulado De la señora Tiresias en su colección La esposa del mundo (The World's Wife, 1999).

Tiresias también aparece en la novela Middlesex (ganadora del Premio Pulitzer de 2002) de Jeffrey Eugenides. Cal, el protagonista, se refiere y se compara a los adivinos, e incluso participa en una representación de Antigona.

En la reciente novela de Haruki Murakami Kafka en la orilla (2002), hay un personaje llamado Oshima que es un adivino andrógino, como Tiresias.

Se han dedicado a Tiresias muchos poemas, siendo los más recientes Tirésias (un texto de Marcel Jouhandeau, en Ecrits secrets, III) y el que da título a la recopilación de Yánnis Rítsos Tirésias et autres poèmes choraux (Tiresias y otros poemas corales).

Más recientemente, el autor Valerio Massimo Manfredi cuenta una historia que relaciona la Grecia moderna con la profecia de Tiresias en la Nekya (Odisea, XI).

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