Autocronograma

AUTOCRONOGRAMA

2008: 23 años deseando esta carrera.

2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.

2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.

2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.

2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.

2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.

2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.

2016: El año del Alemán obligatorio.

2017: Dicen que me tengo que recibir.

2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.

2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)

2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".

2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.

2022: O que será que será Que andam sussurrando em versos e trovas 2023: Verano de escritura de 3 monografías y una obra teatral para cerrar racimo de seminarios. Primer año de ya 15 de carrera en que no sé qué me depara el futuro marzo ni me prometo nada.

31 de marzo de 2012

Cómo estamoshoy eh!

Bueno, creo que hoy cumplo mi record de posts (¿postes es el plural de post?) al hilo en este blog que suele ser más tranqui que otros que tengo el gusto de llevar.
Es que fue realmente un sábado muy emocionante.

Esta entrada viene a decir que hoy aprendí dos palabras nuevas que me gustan mucho: Parataxis e hipotaxis. Y derivadas de ellas: lo paratáctico (lo relacionado por coordinación, los elementos independientes unidos al mismo nivel, laépica como ritual de la repetición) y lo hipotáctico (lo relacionado por subordinación, con una mayor fuerza lógica entre elementos, la novela como episodios cohesionados jerárquicamente).

¿No es muy bello? (Fue con Abeledo)

Horas hay de recreación

"Sí, que no siempre se está en los templos, no siempre se ocupan los oratorios, no siempre se asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación, donde el afligido espíritu descanse. Para este efeto se plantan las alamedas, se buscan las fuentes, se allanan las cuestas y se cultivan con curiosidad los jardines."


Miguel de Cervantes Saavedra. Prólogo a las Novelas Ejemplares

Cervantes anuncia en el Prólogo a las Ejemplares su próxima obra "Las semanas del jardín"

Hoy lo dijo mi profe en el seminario: La tal obra de Cervantes es uno de los textos perdidos pero Juan Goytisolo tomó la posta para construir bajo este título su "círculo de lectores". Y acá me encontré unos fragmentos y ya me pongo a buscarla completa:

JUAN GOYTISOLO. Las semanas del jardín. Un círculo de lectores

Introducción

Los dos textos que presentamos a continuación están tomados de Las semanas del jardín. Un círculo de lectores (Madrid, Alfaguara, 1997), en la que veintiocho narradores -uno por cada letra del alfabeto árabe- se reúnen a lo largo de tres semanas en un jardín para contar la historia de Eusebio, un poeta arrestado en los primeros días de la Guerra Civil española. Amigo de García Lorca y su círculo, Eusebio huyó al norte de África, donde, según algunas versiones, fue encarcelado por Falange en uno de sus centros de instrucción; según uno de los narradores, los falangistas le proporcionaron una nueva identidad. Cada uno de los veintiocho narradores nos brinda sus propias impresiones del poeta y su entorno; algunas coinciden, otras dicen lo contrario: ¿fue Eusebio víctima de un lavado de cerebro o un traidor?, ¿fue un santo?, ¿fue todo lo que se dice de él? Al lector se le ofrece una imaginativa exploración de las posibilidades. Como anuncia uno de los miembros del círculo en el primer capítulo:

. . . nuestro Círculo creó estas Semanas del jardín en el
respeto absoluto de la inventiva de todos sus miembros.
Aunque los diferentes esquemas y la educación literaria
dispar de los narradores suscitaran una poderosa corriente
centífuga, la convención temática de ceñirse al personaje
de Eusebio hacía las veces de contrapeso. Como secretario
y anónimo escribano del Círculo . . . mi papel se redujo a la
estructuración de lo que algún crítico de vanguardia llamaría
«hipertexto», de acuerdo con la nómina de lecturas en
nuestras reuniones estivales en el jardín.

A continuación «Ja», de la primera semana, y «Raín», de la segunda.

JA

«Eres Eugenio Asensio, has nacido de nuevo, cambiado de nombre y, para bien de España, de tu anterior y maleada personalidad.» El camarada Basilio le sonreía con el aplomo y firmeza que le otorgaba el cargo. Vestía el uniforme de la Falange: boina roja, botas, camisa azul con el yugo y las flechas. Le había convocado a su despacho y, por primera vez desde los acontecimientos, alguien se dirigía a él, si no con afecto, al menos con cordialidad.
«La intervención de tu cuñado te salvó por los pelos de ir a la huesa: figurabas en la lista de rojos a quienes había que fusilar. Tu hermana, la pobre, lloraba como una descosida, suplicaba y suplicaba hasta que el marido cedió. Fue cuando te sacaron del garaje en donde te apretujabas con los destinados a dar el paseo, esposado y con los ojos vendados para despistar al oficial de guardia que no estaba en el juego. No puedes imaginar si quiera a qué estratagemas recurrieron y a cuantas dificultades se enfrentaron los amigos de tu familia para escamotearte de Melilla sano y salvo y traerte hasta aquí. Te evitaron así la suerte de Federico, al fin y al cabo un buen chico, engañado como tú por los politicastros e intelectuales resentidos y estériles a sueldo de la Antiespaña. Ahora estás en puerto seguro y vamos a cumplir lo pactado. Olvida del todo quien fuiste, tu vergonzosa inclinación a mojamés y gañanes, malas amistades, ideas torcidas. Mis camaradas y yo velaremos en adelante para que seas un hombre entero, vistas el uniforme expresivo de nuestro afán ecuménico y combativo, fortalezcas tu cuerpo y espíritu, abraces los valores consubstanciales con la patria forjada a costa del sacrificio y sangre de los mártires. Mira tu nueva documentación: las fechas no han cambiado, pero el lugar de origen sí. Naciste en Canarias, como el Movimiento Salvador. Tu nombre es Eugenio Asensio García. Eugenio, porque como escribe una de las lumbreras de nuestro pensamiento con el rigor y lucidez que le caracterizan, el saneamiento y regeneración eugenésica de un pueblo exige que se actúe sobre la totalidad de los individuos que lo constituyen, a fin de crear una casta étnicamente mejorada, moralmente robusta, vigorosa en el alma. Una eugenesia que libere a los seres dañados de sus taras y los devuelva, mediante la higiene física y mental adecuada, a la incubadora que los haga germinar y florecer como en un vivero, acorazados contra la corrupción del medio ambiente, en el depósito sagrado de los principios que alientan nuestra Cruzada.
»Sé cuanto significa para ti cortar los lazos con una persona de la calidad y capacidad de amor de tu hermana. Ella llora también pero se siente feliz y agradecida a su marido. Le ha jurado que no intentará ponerse en contacto contigo y yo me ocuparé en informarla de tus pasos en el camino de la curación. Ahora vivirás entre hombres, jefes y escuadristas de la Falange, resueltos a modelar sus vidas conforme al ejemplo de su Fundador. Aquí no caben escrúpulos de conciencia de leidis inglesas ni mojigaterías: no estás en un convento de ursulinas. El amaneramiento de los santurrones e hipócritas no va con nosotros. Nuestra vida es obediencia, disciplina, milicia: militarización de la escuela, de la Universidad, de la fábrica, del taller, de todos los ámbitos sociales. No buscamos recompensa alguna, ni la Laureada ni la Medalla de Sufrimiento por la Patria. La jerarquía se funda en el mérito, la abnegación y el arrojo al servicio de España. Junto a mí, a Veremundo y los jefes de escuadra, aprenderás las virtudes viriles, el anhelo de perfección de los filósofos griegos y artistas germanos. A la hora de trabajar y cumplir, a trabajar y cumplir como el que más; a la hora de divertirse, bureo y cerveza rubia, a disfrutar y dar satisfacción al cuerpo. No te obligaremos a ir de putas si vacilas aún y su trato te asusta. Pero te inculcaremos poco a poco gustos y ensueños nobles. La camaradería entre varones excluye toda forma de beatería.
»Deja las lecturas malsanas y embébete en la prosa recia de José Antonio, en los ensayos de Ramiro de Maeztu, Onésimo Redondo y Ledesma Ramos. Hay que elegir entre el abismo y la cima, la anarquía y el ideal renacentista del poeta-soldado. Tus mentores bohemio-intelectualoides difunden un arte onanista y castrado: el dibujo abstracto, el drama del adulterio, la poesía afeminada y cursi, la novela incitativa a la lucha de clases. Frutos insípidos o malolientes que se deshacen entre las manos como manzanas podridas. Quien descuida la verdad y rehusa la savia de nuestra esencia pierde la belleza, invierte la escala de valores, destruye su obra, malgasta el ingenio, amarga su vida.
»Aquí tengo una carta de tu hermana, y por su admirable generosidad y la grandeza de alma que la inspira, haré una excepción a lo convenido, te leeré un párrafo: 'dile que procure ser feliz y se adapte a su nuevo estado. Yo le guardo presente en el recuerdo pero comprendo la necesidad de que rehaga su vida lejos de mí. La gratitud que debo a Dios y a mi marido compensa el dolor de su ausencia. ¡Quiera el Señor que alcance a verle el día en que la paz reine y pueda estrecharle, como en su niñez, entre mis brazos!"»
Basilio archivó la carta en su expediente y, tras un meditativo silencio, le invitó a incorporarse de su asiento y a mirar con él a través de la ventana: una centuria de mozos apuestos y enérgicos, de traza airosa y aspecto sano, marcaban el paso marcialmente de acuerdo con el silbato y las órdenes de Veremundo, uno dos, uno dos, derecha, izquierda, media vuelta, alto, para cuadrarse al fin y entonar el Cara al sol antes de romper filas y dispersarse alegres y bulliciosos por el patio, con una espontaneidad y camaradería que le calentó el corazón.



RAÍN

Iluminación viscontiana
del fin de Veremundo y Basilio


Como muchos jóvenes de mi generación, mi educación ha sido más cinematográfica que literaria. Me gusta ver traducida en imágenes las páginas de mis novelas preferidas, presenciar escenas dramáticas, contemplar toda la gama de emociones del alma humana en el rostro de los protagonistas. Por dicha razón, me aburren soberanamente las obras difícilmente adaptables a la pantalla tipo Joyce, Céline, Thomas Bernhard o ese conde don Julián sobre el que tantas y tan cargantes tesis se han escrito.
El relato de mi colega del proceso político montado en abril de 1937 contra los dirigentes falangistas amigos de Eugenio, proceso favorecido por las prácticas sexuales de los acusados y sus ritos de «iniciación en la virilidad», resucitó mi memoria adolescente de un viejo filme de Visconti acerca de lo acaecido en la misma década a los jefes nazis de los 5. A.
Con objeto de reconstruir los hechos, evocados de forma tangencial en el informe del S.I.M. y el testimonio arrancado abusivamente al desdichado poeta objeto de nuestras pesquisas, consulté los documentos accesibles al público del Archivo provincial granadino, así como los que fueron transferidos a Madrid en la posguerra sin dar con el expediente militar referente al juicio sumarísimo, probablemente destruido por los propios servicios informativos a fin de borrar las huellas del poco edificante caso. Lo único que obtuve en mis entrevistas con media docena de Camisas Viejas hoy casi octogenarios fueron tres fotos de los acusados y una carta manuscrita de Basilio a un anónimo alférez provisional. Uno de los ex jóvenes de la centuria me precisó la fecha exacta de los hechos, el 11 de mayo de 1937, y algunas circunstancias de la caída de sus jefes en aquella emboscada mortal.
¿Habían conspirado contra el decreto, inspirado por Franco, de la unificación de la Falange y las JONS con los componentes monárquicos y tradicionalistas del Movimiento? Probablemente si, me dijo. Basilio y Veremundo eran falangistas puros y duros: consideraban tal frisión un monstruoso engendro, contrario a los ideales y aspiraciones joseantonianos. Desde hacía varias semanas estaban en el punto de mira de los agentes del S.I.M. y éstos acechaban la oportunidad de atraparles con las manos en las nalgas. Uno de los adolescentes del grupo, chivato de los servicios de información, les comunicó el día y la hora de sus ceremonias iniciáticas. Un fuerte dispositivo de seguridad cercó de madrugada el edificio de la escuela e irrumpió en los aposentos privados de sus jefes con ráfagas de metralla.
Un Camisa Vieja con quien platiqué conserva un retrato del fundador de la Falange, con unas líneas manuscritas de Basilio: «José Antonio, silente y señero profesor de ausencia». Me pasó también cuatro versos autógrafos de un poeta tangerino, de quien no recordaba el nombre, dedicados a Veremundo:

¡Dios empuja hacia lo alto!
¡Arriba ya sin remedio!
¡Por encima de las nubes!
!A la luna! ¡A los luceros!

Otro me citó unos versos del Mártir, aprendidos de memoria de labios de Basilio:

¡Era un himno triunfal que nubes y olas
con su música fiera
cantaban a las naves españolas,
embajadoras de La Raza Ibera!

Conseguí varias hojas escritas a máquina, con citas de pensamientos y frases que servían de punto de partida a glosas y comentarios doctrinales:

¡Camisa azul, signo categórico y emblemático:
traje afirmador y agresivo, sublimemente totalitario!
EI Yugo y las Flechas, encarnación del
ímpetu valeroso y audaz, juvenil y altivo,
capaz de revivir La patria española, crisol
de la fe y el espiritualismo.

El retrato de Basilio, con botas y uniforme de Falange, pero destocado y con el cabello revuelto, muestra a un joven rubio y apuesto que abomba el pecho y exhibe orgulloso una sonrisa de dientes regulares y blancos. Aparenta una treintena de años -nació, según el registro parroquial de Baza, en 1903 - y manifiesta un aire de confianza en el futuro que el zumbido y furor de aquellos años se encargaría muy pronto de desmentir.
El de Veremundo, es una simple y brumosa foto de carné. Me pasaron también otra instantánea suya, apiñado con los mozos de su centuria, como un entrenador con su equipo de fútbol.
Son las únicas pruebas materiales que reuní. Las noticas dispersas sobre el asalto a la escuela de formación de Falange pecan de inciertas e incurren en contradicciones y anacronismos flagrantes. ¿Hubo un intento de resistencia y un intercambio de disparos, conforme sostiene uno de los entrevistados? ¿Murió Veremundo con su Star en la mano, como afirma otro Camisa Vieja?
¿Fueron acribillados a balazos en el mismo escenario de sus orgías?
En el brete de redactar el cuento o capitulo convenidos para estas apacibles semanas en el jardín acudió súbitamente en mi ayuda el filme de Visconti al que antes me referí.
(«La literatura es el medio de difusión más rápido y fácil de los corruptores de nuestra pureza secular. La nueva España tiene la misión de quemar y destruir lo que la envenena. El espectáculo de las hogueras de libros masónicos, comunistas y judíos es altamente educativo y catártico.»
Estas líneas que cito de memoria, obra de uno de los intelectuales adictos al Movimiento, bailaban en mi cabeza acompañadas de la música enardecedora de El crepúsculo de los dioses.)
Encuadremos la escena: Basilio acaba de brindar por el triunfo de los ideales joseantonianos y la camisa azul de los héroes -¡cinco flechas de luz!- caídos en la Cruzada. Comparte el vaso con uno de los muchachos y pronto se aúnan labios y hálitos. Desnudos de cintura para arriba, se palpan y tantean. La gramola de Veremundo vocea aguardentosa el Cara al sol y Yo tenía un camarada. En la penumbra distingo a jóvenes rubios, de pecho liso y sin vello, pero tocados con la boina de Falange. Uno de ellos oficia de escanciador y llena continuamente los vasos. Escucho la confusa alocución de Basilio sobre la síntesis de épica y lirismo, ardor viril y pureza de estilo cifrados en el ideal teutónico y griego: «erectos y nobles como espigas, prestos a sacrificar la vida frente a la hez plebeya de una España prostituida y sin alma». Cuando prende la mecha en las velas, las escasas luces se apagan. Ahora vislumbro apenas miembros promiscuos, trabados cuerpo a cuerpo en literas y catres. El gramófono enronquece las voces aguerridas que exaltan la muerte, ajenas del todo a la inminencia de su llegada. «La tienes muy maja, y los compañones bien puestos», dice Basilio. «Conmigo no valen mariconadas ni puterío, estamos entre hombres valientes y enteros.» Los compases y letra Yo tenía un camarada / entre todos el mejor / los dos juntos caminábamos / los dos juntos avanzábamos / al redoble del tambor cubren abrazos, coyundas, arengas alcohólicas. Son las dos de la madrugada, la cita inexorable con la pelona.
No me preguntéis por la carnicería. Ignoro cómo acaeció y Visconti la abrevió en una secuencia rápida. Los supuestos cabecillas de la conspiración, ¿murieron allí o fueron ejecutados poco después, con o sin juicio? Nadie me pudo responder de forma clara y fidedigna. En el escenario de la saturnal con los bardajes se mezclaban el vino y la sangre. Entre los documentos salvados del asalto figura probablemente la carta de Eusebio fechada en Sevilla que nuestro colector aleixandrista nos leyó en este amable y fingido jardín durante la primera semana.

© Juan Goytisolo


Tomado de http://www.barcelonareview.com/22/s_jg.htm

De heliotropos y coyunturas vitales

Dice Juan Diego Vila que en la Novelas Ejemplares de Cervantes todas las parejas bimembradas son presentadas en situación de cambio, de darse vuelta "como un heliotropo, como un girasol" ante la coyuntura vital presentada en cada caso, que lo que se ficcionaliza es el cambio, el anhelo de devenir distinto, la posibilidad de predicar una cierta identidad siendo diverso y así, en las Ejemplares, el cambio aparece como escándalo ontológico.

Y yo, después del tembladeral emotivo, me avivo de que no sé qué planta es un heliotropo y al rato caigo de que "helio" y "tropo" por ahí me dé una pista. Maravilla.

En beneficio de

"Se prescinde de voces omniscientes en beneficio de una apertura hacia el territorio de la incertidumbre."


Juan Diego Vila. Sobre las Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra (pero yo se lo aplico a lo que quiero, je)

Sábados de super acción III

En el medio, huyendo un poco de Funes (que sacrilegio el mío pero juro que me compré los desgrabados para leerlo bien), me crucé a Gambito: Mesa de usados llena de cosas interesantes: ¿Quién vendió su biblioteca? (Algo me dijeron en la caja, que un psicólogo, que una tal Laura, pero no quise preguntar más por miedo a tener, una vez más, libros de gente muerta).
Así que 14 títulos por 300 pesitos:
Mijo el dotor (Ninguna emoción pero estaba 8 pe y tengo que dralo este año),
Las otras puertas de Abelardo Castillo (que había leído en fotocopias o de prestado),
Manfield Park, para continuar mi colección de Jane Austen,
El libro de los abrazos que tantas veces vi tan cara por todos lados,
Salvo el crepúsculo porque me debía un Cortázar poeta,
Los impacientes de Gonzalo Garcés porque no leí nada de él todavía,
Los subterráneos de Kerouac y Tres rosas amarillas de Carver porque es imposible resistrise a esas ediciones de Anagrama y me falta leer más Norteamericana,
Crímenes imperceptibles porque la semana pasada se la nombraba a la profe de matemáticas y yo ni siquiera la leí,
Anatomía humana de Carlos Chernov porque hace años que estaba en mi lista de compras porque tiene tema con hombres, mujeres y CF rara,
y, la o, mejor dicho, las frutillas del postre: 4 novelas de Vlady Kociancich que me gustó tanto en lo poco que leí y me gustó tener toooooodo de ella y en ediciones tan disímiles: Últimos días de William Shakespeare, Todos los caminos, El tiempo de las mujeres y Abisinia.

Sábados de super acción II

A la una terminó el seminario y me fui para el aula de Latinoamericana I, la tercera en discordia (Teoria II ya cayó porque no llegué a entrar en el práctico que quería). Resulta que el teórico empezaba a las 11, no a las 13. Igual ahí estaban los profes y hablé y me anotaron igual en el práctico superpoblado que yo quería (los miércoles antes de Japonesa). Veremos en el práctico si la sigo o no.
La buena sorpresa fue que, después de quedarme de 1 a 3 en lo de Funes (buenas anécdotas, geniales ideas, pero mucho marco histórico que ya conozco y mucha gente en un aula muy grande y ruidosa), me tocaba el práctico de Española I con un tal Abeledo que me habían desrecomendado muy mal en el foro. Bueno: Parece que gracias al tal Abeledo me enganché no más con la medieval. Sí, es medio excéntrico, "llamativo" el profe, digamos, él mismo dijo que la leyenda dice que algunos alupnos le tienen miedo a sus correcciones y a su sarcasmo. Pero me parecieron muy atinadas sus recomendaciones, su descripción del espacio del práctico y su manera inteligente de hacerse un poquito el reventado. Así que bué, sigue Española I en carrera.

Sábados de super acción

La fija era el Seminario de Vila donde nos encontramos todos los azuleños con mate y mi promesa de llevar caramelos de cumpleaños. Después me tocaba conocer a Funes, archirecomendado profe de Española I que decidí hacer este año porque no tenía El Cid y porque toda esta sarta de pendejos que cursan Letras decían en el foro que elaño que viene se tomaba año sábatico para escribir un libro y que no había que perdérselo ahora y que vaya una a saber si después volvía y que el viejo era una eminencia y que te enamorabas de sus teóricos.
Leí en la semana su Lección inaugural y me pareció genial. Pero, hete aquí (¿cómo se escribe y qué origen tiene expresión tan ridícula?) que el tal Funes no es ni viejo ni deslumbrante, pobre. Debo confesar, bestialmente, que no me aguanté ni quince minutos en su teórico superpoblado porque es PD y me volví a lo de Vila donde ya me dolía estar perdiéndome el análisis del Prólogo de la Novelas Ejemlares.
Es que, debo confesarlo, Vila y cía son una de mis debilidades más valiosas: ¿Cómo se pueden decir cosas tan geniales y tan tiernas a la vez? ¿En qué medida hacen a mi felicidad la calidad de los docentes y de los compañeros, Cervantes y su obra, mi poco académico amor por DQ y ahora Las ejemplares, el amor de toda la cátedra por lo que enseña y lo que lee?
Y ahí quedé, y que Española I se firme sola (a mediodía volví un ratito y no es que sea aburrido lo que dice Funes sino que es mucho mejor leído en papel y no me hace sentir parte ni me sacude como Cervantes y cía).
Mis compañeritos ya me pusieron en grupo con ellos y ya sabemos cuál de las Ejemplares nos toca exponer a cada grupo (somos 2 de 4 y ya están en feis desafiándose para lograr la mejor exposición: son tan bonitos y los quiero y los envidio tan dulcemente).

29 de marzo de 2012

Coloquio sobre investigación literaria

Actualidad de la investigación literaria: prácticas de la crítica. Primer coloquio. 11 de abril de 2012 - 10:30 a 21:00 horas. Centro Cultural de la Cooperación (Av. Corrientes 1543, CABA). Convocado por un grupo de profesores de Letras de la UBA (Martín Ciordia, Américo Cristófalo, Leonardo Funes, Miguel Vedda y Miguel Vitagliano), este coloquio reúne a un conjunto de investigadores-docentes universitarios de diferentes especialidades para debatir sobre diversos aspectos de la problemática de la investigación en literatura. Los paneles se enfocarán en los siguientes tópicos: La investigación literaria en relación con las políticas de Estado sobre ciencia y universidad; Relaciones entre la academia y el ámbito extra-universitario; Prácticas concretas de investigación; Investigación y docencia. Han comprometido su presencia, entre otros, Jorge Panesi, Ana María Zubieta, Daniel Link y Gloria Chicote.


Actualidad de la investigación literaria: prácticas de la crítica.

Primer coloquio


Miércoles, 11 de abril de 2012

Centro Cultural de la Cooperación

Av. Corrientes 1543

Sala Dubrovsky


Programa



10:00: Apertura del coloquio


10:15 – 12:00: Panel 1: La investigación literaria en relación con las políticas de Estado sobre ciencia y universidad

Panelistas: Florencia Calvo, Gloria Chicote, Américo Cristófalo, Marcelo Topuzián.


12:00 – 14:00: Pausa para el almuerzo


14:00 – 15:45: Panel 2: Relaciones entre la academia y el ámbito extra-universitario

Panelistas: Susana Cella, Silvia Delfino, Martín Kohan, Daniel Link, Miguel Vitagliano.


16:00 – 17:45: Panel 3: Prácticas concretas de investigación

Panelistas: Leonardo Funes, Lucas Margarit, Juan Diego Vila, Ana María Zubieta.


17:45 – 18:15: Pausa para el café


18:15 – 19:50: Panel 4: Investigación y docencia

Panelistas: Martín Ciordia, Fabricio Forastelli, Alejandro Pattat, Miguel Vedda, Mariano Vilar.


20:00: Charla de cierre: “Teoría literaria: diques o fronteras” por Jorge Panesi


20:30: Acto de cierre: primeras conclusiones



Este coloquio es una iniciativa de

Departamento de Letras de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA)

Maestría en Estudios Literarios (UBA)

Maestría en Literaturas en Lenguas Extranjeras y Comparadas (UBA)


Cuenta con el auspicio del

Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso”

25 de marzo de 2012

Sumi e




Sumi-E es un término que significa pintura a tinta. Se hizo conocida en Japón alrededor del siglo VII aC por académicos que regresaban desde China. Ellos trajeron consigo muchas ideas culturales como la caligrafía (escritura hermosa) y un estilo de pintura influenciada por ésta. Los japoneses adoptaron este estilo de pintura y le agregaron el don cultural japonés y lo nombraron Sumi-E.

Sumi-E consiste en cuatro trazos de pinturas usualmente referidas como los cuatro “amigos”: Bambú, Brotes de Ciruelo, Orquídea Silvestre y Crisantemo.

Se considera que el Bambú, el primer amigo, contiene las características de un caballero. Los chinos lo consideran como virtuoso y humilde y también consistente ya que retiene su follaje todo el año.

El segundo amigo, Brotes de Ciruelo, cuyos brotes son usados por los trazos de esta pintura son de hecho los brotes que crecen en el árbol del Damasco Japonés. Este árbol es el símbolo del invierno con el renacer de la vida no lejos de la llegada de la primavera.

El tercer amigo es la Orquídea Silvestre. Este amigo es considerado como femenino, simboliza la serenidad de la oscuridad. Emite un perfume bello especialmente a medida que crece en los bosques profundos.

El cuarto de los amigos es el Crisantemo, altamente valorado en China debido a su longevidad. Desafía el hielo del invierno al brotar en otoño.

Los cuatro amigos representan todas las formas del universo. Una creencia común era que ellos eran llamados los cuatro amigos porque sólo los ricos tenían el lujo de darse el gusto con ello y disfrutar la caligrafía y el arte de la pintura oriental. En esa época también había famosas mujeres y niños pintores. Estos hechos están registrados en los anales de la historia del arte.




Tomado de http://misumi.com.ar/cultura-sumi-e

Las grullas blancas del pañuelo


“El sol rojo parecía derramarse sobre las ramas. La arboleda se recortaba, oscura. El sol que se derramaba por las ramas se introdujo en sus ojos cansados. Los cerró. Las grullas blancas del pañuelo de la joven Inamura volaron en el sol de la tarde, que todavía estaba en sus ojos”.


Yasunari Kawabata. Mil grullas.

Dos bellos fantasmas

"Los dos tazones ante ellos eran como las almas delpadre de Kikuji y de la madre de Fumiko.
Los tazones de té, de trescientos o cuatricoentos años de antiguedad, estaban enteros y sanos yno evocaban pensamientos mórbidos. La vida, sin embargo, parecía extenderse por encima de ellos de una manera casi sensual.
Al ver a su padre y a la madre de Fumiko en los tazones, Kikuji sintió que había reunido dos bellos fantasmas y los había colocado uno al lado del otro."


Yasunari Kawabata. Mil grullas.

Tazón


“La vida de mi padre fue sólo una pequeña parte de la vida de un tazón de té.”


Yasumari Kawabata. Mil grullas

Chanoyu


La ceremonia del té



Japón es un país de arraigadas costumbres tradicionales y muy ceremonioso para muchas de sus tradiciones. Entre ellas podemos encontrar la ceremonia del té, que en japonés recibe el nombre de "chanoyu".

Aunque siempre que se habla del té, nos viene a la memoria el típico té inglés, y su famosa hora de las cinco de la tarde para tomarlo, en Japón la ceremonia del té es una costumbre social muy extendida. Esta ceremonia lleva una estética muy particular que la hace diferente de cualquier otra, e incluso en el propio Japón, dependiendo de la zona donde estemos, podemos encontrarnos con diferencias a la hora de participar en esta ceremonia.

Las variedades de té que se conocen son muchas, pero la más utilizada en el Japón es el té verde en polvo (conocido como "matcha"). Es un té de gran poder refrescante, que nos da una infusión de color jade, de sabor suave y con un cierto poder astringente.

Históricamente Japón introduce el té alrededor del Siglo VIII, procedente de China, donde era consumido allá por los años 25 a 220, principalmente, por la Dinastía China Han, que convirtió a China en un estado confuciano. Pero también prosperó y consiguió grandes logros intelectuales, artísticos y literarios; revivieron y florecieron muchas artes durante la dinastía Han, así como otras parcelas de la economía como la agricultura, el comercio, etc.

La forma de consumo de actual "matcha" (en polvo), no aparece en China hasta finales del Siglo XII, entonces gobernada por la Dinastía Sung, muy volcada con la promoción de todo tipo de manifestaciones artísticas. De hecho fundó una importante academia de pintura. Japón importa este tipo de té para utilizarlo como bebida en su ritual del té. También se le atribuyen al té ciertas propiedades medicinales y curativas.

Aunque en un principio el consumo de té estaba reducido a un grupo minoritario de consumidores, la costumbre de beber té rápidamente se extendió entre el resto de la población, principalmente entre los sacerdotes Zen y las clases más altas. Su consumo empezó a generalizarse llegando hasta nuestros días, donde el consumo de "matcha" está totalmente extendido por todo el territorio japonés.

Fue tal el auge que del té, que a raíz de eso nació un juego conocido con el nombre de "tocha". El juego consistía en hacer una cata de distintas variedades de té, y los jugadores trataban de descubrir el tipo de té y su origen. Las variedades de té servidas solían proceder de diferentes regiones, para darle una mayor dificultad al juego. Si se acertaba, se solía dar algún tipo de premio para el ganador.

La difusión del consumo del té y el juego de la "tocha" contribuyeron a extender la popularidad del té, y empezó a crecer el número de plantaciones. Uno de los más famosos es el té del distrito de Uji, cerca de Kyoto, donde dicen que se producía (y produce) el mejor té de Japón.

Del popular juego se pasó a un juego mucho más exclusivo practicado en reuniones sociales, donde se hacían catas de té en ambientes sofisticados mientras se charla de temas culturas, se visitan exposiciones o se lucen obras de arte en alguna galería o casa particular. Era popular celebrar un fiesta y jugar al "tocha" en los estudios (shoin) de afamados artistas de renombre. Este juego más sofisticado cambió los premios por el reconocimiento social de los ganadores, quienes eran vistos como expertos en la materia, con el consiguiente agrado para los admirados ganadores.

Las primeras reglas a tener en cuenta en la ceremonia del té surgen por la influencia de los guerreros ("samurais") en la sociedad. Siendo la clase dominante por aquel entonces en Japón, empiezan a imponer ciertas reglas y procedimientos a la hora de participar en la ceremonia del té. La costumbre militar de la obediencia empieza a hacer acto de presencia en algunas ceremonias civiles. Este fue el principio de las normas de comportamiento y actuación del "chanoyu" actual.

Pero como toda ceremonia, con el paso del tiempo sufre variaciones y adaptaciones, y es a finales del Siglo XV, cuando un gran conocedor de la ceremonia del té llamado Murata Juko, modifica las normas del "chanoyu" tradicional tratando de ofrecer una ceremonia más sensible acorde al carácter japonés y con cierta influencia del Budismo Zen. Esta nuevo ritual era conocido como "wabicha", y era una "simplificación" de la anteriormente tradicional ceremonia "chanoyu". El "wabicha" trataba de ser una ceremonia sencilla pero a la vez cargada de un amplio contenido espiritual.

Durante el período de Momoyama, un período de transición entre el Japón Medieval y el Japón Moderno, que marca su inicio con la caída del clan de los Ashikaga, esta nueva ceremonia del té, "wabicha" toma auge y Sen-no Rikyu la establece como la ceremonia "oficial" para tomar el té. Esta variante del "chanoyu" sigue vigente durante tantos años que actualmente es la que se practica de forma casi generalizada.

Esta ceremonia, al igual que muchas otras, en las que prima el carácter espiritual de la misma (no olvidemos sus orígenes vinculados a la filosofía Zen) son difíciles de expresar y comprender con palabras. Hay que practicarla para sentirla. No es una ceremonia vacía, ni una forma refinada de tomar el té, sino que, expresada en pocas palabras, es una forma de purificar el alma, mediante su unión con la naturaleza.

El "chanoyu", como otras ceremonias japonesas, es el símbolo del esfuerzo instintivo de los japoneses por conseguir el reconocimiento de la verdadera belleza, que reside en la sencillez y la simplicidad. El auténtico espíritu del "chanoyu" se podría resumir con términos tales como calma, naturalidad o gracia o con la frase: "esteticismo de austera simplicidad y refinada pobreza".

En un principio puede parecer que las normas de etiqueta del "chanoyu" son complicadas y difíciles, pero no es así. Son estrictas pero no complicadas. De hecho todos sus movimientos están calculados para conseguir la mayor economía de esfuerzo corporal y son suaves y delicados. Cuando la ceremonia es llevada a cabo por un maestro experto, los movimientos son un regalo para la vista.

En la vida artística de los japoneses la ceremonia del "chanoyu" ha desempeñado un papel muy importante ya que, por sus características estéticas, implica la apreciación del recinto en que se celebra, del jardín adyacente al mismo, de los utensilios con que se prepara y se sirve el té y de la decoración, que consiste por lo general en una estampa colgada de la pared y un chabana o motivo floral especialmente concebido para esta ceremonia. El desarrollo de la arquitectura, la jardinería, la cerámica y las artes florales ha obedecido en gran medida a la influencia de la ceremonia del té. El espíritu del "chanoyu", ha moldeado la base de estas formas tradicionales de la cultura japonesa. ya que el "chanoyu" representa la belleza de la simplicidad estudiada y de la armonía con la naturaleza.

La ceremonia del té ha traspasado las fronteras de este ritual para dejar su influencia en la educación y modales de los japoneses. Es más, el desarrollo de las formas de cortesía cotidiana de la mayoría de los japoneses obedece sobre todo a los formalismos que se observan en la ceremonia del "chanoyu". La ceremonia del té sirve como base para una buena educación. En consonancia con este hecho, es práctica común entre jóvenes el recibir lecciones en este arte antes de casarse, con el fin de cultivar el estilo refinado y la gracia de movimientos propios del mismo.

La muerte de Sen-no Rikyu, no deja sus enseñanzas en el olvido, sino que se difundieron entre las siguientes generaciones de discípulos y seguidores. En la época de sus nietos, existían ya las tres escuelas que han perdurado hasta nuestros días: la Omotesenke, la Urasenke y la Mushakojisenke. La más extendida de ellas, no obstante, es la Urasenke, que es la que cuenta con más partidarios. Esta escuela tiene como cabeza visible en la actualidad a Soshitsu Sen, decimoquinto descendiente del fundador.

Los herederos de Rikyu fundaron a su vez diversas escuelas, entre las que cabe citar la Enshu, creada por Kobori Enshu; la Sekishu, cuyo fundador fue Katagiri Sekishu; y la Sohen, obra de Yamada Sohen. Las diferencias entre las diversas escuelas residen en los detalles de las ceremonias, pero todas ellas conservan la esencia y el espíritu de las normas instituidas por el maestro. Al igual que ocurre en cualquier ámbito de la sociedad japonesa, el respeto por los mayores es un hecho incuestionable. La esencia del respeto. Dicha esencia se ha transmitido de padres a hijos hasta hoy y uno de los elementos comunes es el respeto a la figura del fundador.

La ceremonia del té típica.

Las influencias de las escuelas citadas anteriormente, dan lugar a que existan muchas formas de realizar la ceremonia del té, según la escuela a que pertenezca el encargado de ello. Los métodos varían igualmente según las ocasiones y la época del año. Sin embargo, existe una similitud básica en los elementos esenciales que comparten todas las escuelas.

Elementos indispensables para la ceremonia del té.

1) La sukiya o casa de té.

Aunque la ceremonia del té se puede celebrar en casa, es costumbre el llevarla a cabo en una casa especialmente dedicada a ello, que recibe el nombre de sukiya. Consiste en una sala de ceremonias, propiamente dicha (cha-shitsu), una sala para los preparativos (mizu-ya) una sala de espera (yoritsuki) y un camino de acceso (roji) flanqueado por un jardín, que acaba en la puerta de la casa de té. Dicho edificio suele estar situado en una zona arbolada.

2) Utensilios.

Los utensilios son el cha-wan (tetera), el cha-ire (recipiente para el té), el cha-sen (agitador especial de bambú) y la cha-shaku (cucharón de servir, de bambú). Estos utensilios suelen ser valiosos objetos artísticos, y muchos de ellos suelen pasar de generación en generación.

3) Ropas y ornamentos.

En cuanto al vestuario, es preferible elegir los colores poco llamativos. Cuando se trata de ceremonias formales, los hombres llevan kimonos de seda de colores lisos, con los blasones de la familia y los tradicionales tabi (calcetines) blancos. Los invitados deben traer un pequeño abanico plegable y unas cuantas kaishi (servilletas de papel pequeñas), cada uno.

La ceremonia normal del té consta de las siguientes fases:

1) una Comida ligera, llamada kaiseki;

2) el naka-dachi, o pausa intermedia;

3) el goza-iri, que es la fase principal en la que se sirve un tipo de té espeso.

4) el usucha, fase final, en la que se sirve té claro.

La ceremonia completa dura unas cuatro horas, aunque muchas veces se limita a la última fase o usucha, que dura alrededor de una hora.

1) Primera fase.

Los invitados entran a gatas, como gesto de humildad. En la sala hay un horno de albañilería fijo, en número de cinco, se reúnen en la sala de espera. El maestro de ceremonias aparece y los conduce, por el camino del jardín, hasta la sala de ceremonias.

A un lado del camino hay un recipiente de piedra con agua fresca, en el que los invitados se lavan las manos y se enjuagan la boca. La entrada a la sala de ceremonias es muy baja, lo cual quiere decir que los invitados tienen que e o bien un brasero portátil, para calentar agua.

Cada invitado se arrodilla ante la capilla o tokonoma y hace una reverencia respetuosa. A continuación, con su abanico plegable colocado ante sí, admira la estampa o pintura colgada en la pared de la tokonoma., Luego hace las mismas operaciones ante el hornillo o brasero. Una vez que todos los invitados han terminado de admirar estos artículos, se sientan; el invitado principal se coloca más cerca que los demás del maestro de ceremonias. Una vez que éste y los invitados han intercambiado las cortesías de rigor, se sirve la kaiseki, que termina con unos dulces a manera de postre.

2) Nakadachi.

Cuando el maestro de ceremonias lo indica, los invitados se retiran a un banco destinado a ello, colocado en el jardín interior que rodea a la casa de té.

3) Goza-iri.

El anfitrión hace sonar un gong de metal, situado cerca de la sala de ceremonias, con lo cual indica el principio de la fase principal del rito. La costumbre establece que el gong se haga sonar cinco o siete veces. Después de repetir las abluciones purificadoras en el recipiente de agua fresca, los invitados vuelven a entrar en la sala.

Un ayudante retira las persianas de juncos que cubren las ventanas por fuera, con el fin de dar más luz al interior. La estampa o pintura ha desaparecido y, en su lugar, se ve en la tokonoma un recipiente con flores artísticamente arregladas. Los recipientes de cerámica para el agua y el té están ya colocados en sus sitios. A continuación, entra el maestro de ceremonias, que lleva en sus manos la tetera, con el agitador de bambú dentro y el cucharón de bambú encima.

Los invitados admiran el adorno floral y la tetera, igual que hicieron anteriormente con la estampa y el brasero, al principio de la primera fase. El maestro se retira a la sala de los preparativos y no tarda en volver con el recipiente para el agua sobrante, la cuchara y el soporte para la tetera o la cuchara. A continuación, limpia el recipiente del té y el cucharón con un paño especial que recibe el nombre de fukusa y enjuaga el agitador en el cuenco del té, después de verter en éste agua caliente del recipiente colocado al fuego. Luego, vierte este agua en el recipiente destinado a ello y limpia el cuenco con el chakin (paño de hilo).

El maestro de ceremonias levanta el cucharón y el recipiente del té y coloca el matcha (tres cucharadas por invitado) en el cuenco; a continuación, llena el cucharón de agua caliente, que toma del recipiente colocado al fuego, vierte un tercio del agua en el cuenco y devuelve el resto al recipiente. Luego agita la mezcla con el agitador de bambú, hasta que adquiere un aspecto y consistencia similar a una sopa de guisantes espesa. Esta mezcla recibe el nombre de koicha.

El matcha que se utiliza para esta fase de la ceremonia está hecho de las hojas jóvenes de plantas que tengan más de veinte años de edad (hasta un máximo de setenta o más años). El maestro de ceremonias coloca el cuenco en su lugar correcto cerca del brasero o el hornillo y el invitado principal se desplaza sobre sus rodillas para tomar el cuenco. Este invitado hace una inclinación a los demás y coloca el cuenco en la palma de su mano izquierda, al tiempo que lo sujeta por uno de sus lados con la derecha. Toma un sorbo, alaba su sabor y toma otros dos o más sorbos. Luego limpia la parte del borde que ha tocado con los labios, sirviéndose de una de las servilletas de papel (kaishi), y pasa el cuenco al invitado siguiente que repite las operaciones del invitado principal.

El cuenco pasa luego sucesivamente a los demás invitados hasta que todos han bebido su parte del té. Una vez que ha terminado el último invitado, éste devuelve el cuenco al invitado principal, que lo entrega al maestro de ceremonias.

4) Usucha.

Se diferencia del koicha sólo en que el matcha que se utiliza está hecho de las hojas jóvenes de plantas que tienen entre tres y quince años de edad. La mezcla verde que se consigue así tiene consistencia espumosa.

Las normas que se observan en esta parte de la ceremonia son similares a las que rigen el koicha, con las siguientes diferencias:

a) El té se prepara individualmente para cada invitado con dos (o dos y media) cucharadas de matcha. Cada invitado debe beber su cuenco entero.

b) Cada invitado debe limpiar la parte del borde del cuenco que ha tocado con los labios con los dedos de su mano derecha y luego limpiarse los dedos con el kaishi.

Una vez que el maestro de ceremonias ha sacado los utensilios de la sala, hace una reverencia en silencio ante los invitados con lo que indica que el rito ha terminado.

Los invitados entonces abandonan la sukiya, seguidos por la mirada del maestro de ceremonias.


Tomado de http://www.protocolo.org/internacional/asia/la_ceremonia_del_te_en_japon_chanoyu_ritual_fases_elementos_desarrollo.html

24 de marzo de 2012

La crítica kitsch


Alberto Santamaría sobre la crítica "kitsch" (cita)


Internet ha desarrollado, en el marco de la literatura y de las artes, un modelo de crítica kitsch. Lo kitsch lo tomamos aquí en su sentido primitivo: como aquello que se asienta en su ser efecto puro; como aquello que disfruta (de sí mismo) en el darse como efecto. De esta forma, lo kitsch lo entendemos como el proceso por el cual se acepta como normal en la política literaria del momento elementos que aparecen únicamente con el afán de su efectividad. Dicho de otro modo: lo kitsch es la cultura conservadora del efecto sin contenido, que llevado al territorio de la crítica supone, precisamente, la retirada de lo crítico. Lo kitsch es así el resultado de una forma de entender la literatura (y la crítica) que traslada sus motivos de lo crítico a lo lúdico/cínico. Los modos de esta crítica kitsch se basan en la idea de que a través de un "decir directo", sin concesiones al lenguaje teórico, se "reseñan" novedades asentando su lectura sobre un criterio de verdad (no argumental) que hace del cinismo su forma. Esta visión degradada de la práctica crítica se opone vigorosamente a la idea misma de análisis crítico, ya que no es más que una declaración de presencia que sólo denota la ambición de ser reseñado.

[...]

Cuando Walter Benjamin decía aquello de que "sólo los tontos se lamentan de la decadencia de la crítica", no se refería a esta caída en lo kitsch, sino precisamente a su superación, ya que esta crítica (aunque aparente lo contrario) es más conservadora que la crítica académica. La red, por lo tanto, ha introducido a personajes (retro)críticos que han hecho del efecto su reino y que, además, un coro de escritores ha legitimado sus formas haciendo que algunos de esos críticos kitsch aparezcan en las listas blogs literarios más importantes.

A través de su intento de cuestionar a la crítica académica [ese extraño fantasma al cual es tan fácil atacar y que nadie sabe muy bien definir] desde las posibilidades de Internet se ha creado un nuevo alejandrinismo cool, más peligroso y conservador incluso que buena parte de la crítica académica (a la que supuestamente cuestiona). Ahora bien, este conservadurismo se disfraza con una retórica cool (cínica y prepotente) que alienta, supuestamente, una nueva forma de acercamiento a la obra (y al lector). Situémoslo históricamente, apuntando el mencionado sentido conservador de esta crítica kitsch. En Crítica y verdad, un texto de los años sesenta, Roland Barthes cuestionaba a la crítica académica apuntando que ésta se asentaba, fundamentalmente, sobre los siguientes pilares clásicos, inamovibles e incuestionables. Es decir, la crítica académica se asentaba sobre: a) una presunta objetividad, b) la verosimilitud, c) la claridad y d) la asimbolia.

Según "lo académico" toda crítica que pretenda superar estas cuestiones es despreciable. No deja de ser curioso que esta crítica cínica que tanto éxito tiene ahora en Internet, y sobre todo entre algunos escritores, retorna (paradójicamente) a la fórmula clásica pero a través del disfraz de lo no-académico. De esta forma, la crítica kitsch (véanse los blogs mencionados arriba), muestra su carácter cercano al más clásico academicismo, aunque pueda parecer lo contrario. Veamos cómo. En estos blogs hallamos una tendencia hacia una peculiar objetividad (a través de la idea de "digo lo que todos piensan", es decir, se muestran como jueces justicieros de la política literaria). Es igualmente observable una fórmula de verosimilitud (digo lo que es, qué pasa!!!), así como la subsiguiente premisa aparentemente incuestionable de la claridad (fundada en chistes malos y un elaborado tono compadre). Todo ello tendente hacia una concienzuda asimbolia (es decir: teorizar, ir más allá del texto, etc., es hacer castillos en el aire, una "jodida estupidez", según dicen, o dicho de otro modo: "La teoría literaria es una casa vacía", como se leía recientemente en uno de esos blogs).

En definitiva, esta critica kitsch y sainetesca (dadas las consecuencias que en ocasiones implica) se instaura en el mapa literario con pesadez y con una amplia red de seguidores que esperan a ver "qué dicen" de la siguiente novedad, no por lo que digan sino por el efecto que eso implica. [...] un fenómeno en curso [...] la retirada de la crítica y de la teoría.



Publicado originalmente en el blog del autor
"La crítica kitsch (o el retorno de la crítica conservadora)"
18 de febrero de 2012

Me voy a la reposera a leer Mil grullas



HAIKU… Matsuo Bashô


La primavera pasa;
lloran las aves
y son lágrimas los ojos de los peces.

22 de marzo de 2012

Japonesa

Empezó ayer el curso de extensión. Muy divertido, muy interesante. De esos momentos en los que una vuelve a recordar que siempre volvía a saber que hay tanto allá afuera por saber, por leer, por conocer, por analizar, por traducir, por disfrutar.
El profe y la profe parecían ir armando una coreografía perfecta alrededor de la cronología histórica de Japón que habían preparado para introducirnos en aquella cosmovisión sumada a sus propios principios metodológicos de lectura basados críticamente en El imperio de los signos de Barthes.
Y el entusiasmo se contagiaba y aquí nos vinimos a leer Mil grullas de Kawabata.

20 de marzo de 2012

1er cuatri 2012

Me anoté en 4. Imposible pero qué me importa. Veremos qué cae (o por ahí puedo, ahora que decidí no hacer talleres pero ponerme a continuar seriamente mi novela (????)):
Teoría II
Latinoamericana I
Española I
Seminario de NOvelas ejemplares.

Ah, y el curso de extensión sobre literatura japonesa que dictan Mat Chiappe y cía.
Todo entre lunes, miércoles y sábados.

18 de marzo de 2012

Pablo Palacio


:: Especial 'Los malditos' ::
Pablo Palacio, un hombre muerto a puntapiés
15-03-2012 | Gabriela Alemán, Leila Guerriero, Pablo Palacio

Los escritores que integran la antología Los malditos, compilada por Leila Guerriero (Ed. Universidad Diego Portales), responden sobre sus trabajos. En esta entrevista Gabriela Alemán habla de Pablo Palacio.

Por PZ.



La antología Los malditos ofrece un amplísimo panorama de la literatura latinoamericana del siglo XX. Compilada por Leila Guerriero, 17 autores latinoamericanos escriben los perfiles de otros 17 malditos escritores latinoamericanos. Desde Eterna Cadencia pensamos en hacer un recorrido especial sobre la antología con una breve entrevista a cada uno de los escritores que la integran. En esta oportunidad la escritora Gabriela Alemán (autora de Maldito Corazón, Zoom, Fuga permanente, entre otros) habla de Pablo Palacio:

–Pablo Palacio fue el narrador de las vanguardias literarias en Ecuador. En una época en que el realismo social se volvió lo representativo de la literatura nacional, Palacio abrió esa literatura a otros espacios. Volvió a las nacientes urbes y sus habitantes en el centro de sus escritos y los hizo dialogar con estéticas que se desarrollaban más allá de las fronteras nacionales.

–¿Por qué creés que Leila Guerriero te propuso a vos escribir sobre Pablo Palacio?

–Nunca le pregunté pero cuando lo hizo, existió una sincronía. Llevaba más de un año investigando el epistolario más importante de la década del treinta en Ecuador (que se publica este año con un preámbulo mío): el protagonizado por Nela Martínez (la primera diputada comunista del Ecuador) y Joaquín Gallegos Lara (miembro del Grupo de Guayaquil). Palacio aparecía en mucha de la correspondencia, por lo que, cuando Leila me contactó, manejaba datos poco conocidos de él. Además, mi abuelo, Hugo Alemán, fue amigo de Palacio. Ambos eran escritores y contemporáneos, había escuchado, de primera mano, varias anécdotas sobre él.

–¿Qué dificultades y desafíos te supuso escribir el perfil?

–La distancia en el tiempo, el sinnúmero de leyendas que envuelven la figura de Palacio, la falta de datos fidedignos. Mucho de lo que se escribió sobre él, fue luego de su muerte. La interpretación de la locura se estableció como una verdad inamovible y permeó mucha de la crítica sobre su obra. Apartarse del mito y buscar los datos, luego de sesenta años, fue lo más complicado. Aún se sigue especulando mucho sobre su figura, por eso no quise intervenir desde el presente en su perfil. Intenté descartar la leyenda y armar su vida a través de los testimonios de época. Armar, a través de fragmentos representativos, el perfil de un rompecabezas.

–¿Cuál es la característica que hace “maldito” a Pablo Palacio: el golpe por la caída temprana, la manera en que se entera de la muerte de su madre, el tratamiento para combatir la sífilis?

–Es la sífilis unida a su internamiento en una casa psiquiátrica lo que lo vuelve “maldito”. Algo que ocurrió cuando ya había dado por terminada su obra literaria. Si uno se guía por el momento anterior, Palacio sería la antítesis de un “maldito”. Un erudito estudioso, con gran vocación política. Son los últimos siete años de su vida, resumidos en su mirada desquiciada, lo que lo insertan en el territorio de lo maldito.

–¿Cómo funciona la leyenda de Pablo Palacio para componerlo como un escritor maldito? ¿Su obra podría ser lo que es sin la vida que llevó?

–La leyenda está unida al tabú de la sífilis, a la larga sombra que lanza sobe su vida y obra. Es la leyenda “maldita” la que envuelve a esa vida (de estudioso profesor y abogado de éxito) con un halo, que con la distancia del tiempo, borra los datos y eventos y la vuelca hacia el mito.


Tomado de http://blog.eternacadencia.com.ar/?p=20656#more-20656

11 de marzo de 2012

Néstor Taboada Terán

Néstor Taboada Terán
Ollantay
La guerra de los dioses


Néstor Taboada Terán
Ollantay
La guerra de los dioses



CAPITULO PRIMERO

En la noche los dioses hicieron fiesta. La diversión bulliciosa intranquilizó a la tierra, no dejaba conciliar el sueño de los hombres comunes. El Viento y la Lluvia peleaban en las calles. Y en las montañas, los alborozados truenos, rayos y relámpagos. Tu padre está enloqueciendo de alegría con lo s otros dioses, hijo mío, le dijo Mama Illapa al niño de oro que miraba arder el fuego del fogón. Los esplendores destinados a su hijo la deslumbraban. Comenzó a barajar el nombre que le distinguiría. Nina-marka: Fuego de la Comarca. Khajkiri: Nuevo y Brillante. Qhallalli: Refulgente y vistoso. Qháruru: Hombre del Mañana. Qhantati Hombre de la Alborada. Khana: Hombre de la Luz. Se llamaría Ollanta, un nombre sonoro que quería decir guerrero Campeador, modelo de valentía. Hijo legítimo de Apo Illapa dispuesto a levantar ecos profundos en los anales del tiempo heroico.

El niño creció bajo los cuidados de amautas y kurakas. Gallardo mancebo de fuerza hercúlea y valor indomable, imitando al padre parecía estallar en furores de relámpago. Arrojaba fuego de sus ojos y amor de su corazón. Júbilo de su progenitor, recorría las sementeras de Tiwanaku y riberas del Wiñay Marka montado en un llamo blanco de soberbia apostura y deslumbrantes ojos azules. Le enseñaron los sabios el respeto al ser rupremo Qon Tijsi Wiraqocha - Origen, Principio, Fundamento, Cimiento y Causa - y los sacrificios dedicados a los dioses, Wakas, Achachilas y Mallkus.

Distinguir a los genios malignos que volaban por aires nocturnos y descubrir Japiñuñus que aparecían disfrazados de mujeres de incitantes senos.

El joven Ollanta de ojos dulces, rostro color canela y cuerpo esbelto, era amado por las labradoras de Tiwanaku y él las aceptaba sin jamás tolerar que se excedieran. los amautas le istruyeron en los fastos del Imperio, señalaron el respeto a los símbolos y adiestraron en las lengues de hombres y animales, el arte de adiestrar a los pumas y las serpientes, domesticar a los cóndores, reconocer a los camélidos por sus vahos y percatarse de los vientos propicios en sus disputas con la Lluvia. Te conviene aprehenderlas y guardarlas en tu mente y en tu corazón. Genios, dioses, héroes. Prudente y abnegado, aprendió a disponer de tierras de cultivo y técnicas agrícolas, mirar augures y ajercitar obras de interés común: canales de riego, andanes de cultivo, depósitos de víveres y construcción de caminos. El conocimiento herbolario para usar en las curas. Señalado por felices signos augurales y obstinado en sus deberes, le apasionaba la gesta del Príncipe Pachakuti. Ollanta miraba el tiempo. Cusco amenazado por el país de los Chankas y el Príncipe Yupanki ofreció al dios de los dioses excepcionales tributos de sacrificio, encareciendo su ayuda y el todopoderoso no desechó su petición y puso en sus manos una Waraqa Mágica. Codiciada Waraqa Mágica...

Ollanta de pie frente al infinito, vivía los acontecimientos con la mirada en el pretérito. Cuando aparecieron las legiones enemigas en las montañas de la Capital del Mundo, al mando del Emperador Usqo Willka, heredero del Imperio Wari, el Príncipe valiente esperaba armado con la Waraqa Mágica, igual al trueno y al relámpago, que le había hecho merced el padre eterno, flanqueado por los guerreros Wikakirao, Apumayta y Killiskacha. En poco tiempo se formó en el Ombligo del Mundo una espese nube de invadores carapintadas luciendo penachos de cóndores. Venían con el habitual señuelo del pillaje. En su apresuramiento, los entusiastas cayeron en trampas dispuestas por las calles de acceso, fosas cubiertas de ramas secas con espinas de hitapallu. Los gobernadores de occidente, del norte y oriente se congregaron en los cerros para observar el duelo y después acudir en favor del vencedor.

La cola y la cabeza

Todo se une. Elegí como tema para mi final de mañana el libro de cuentos Los que se van, del Grupo de Guayaquil. Porque me deslumbraron los ecuatorianos y porque ya me habían deslumbrado hace mucho cuando compré vaya una a saber por qué un libro que tengo acá al lado mío: Ecuador en el cuento.
Por la caligrafía de mi letra que firma la primera página debo haber tenido entre 17 y 18 años. Por el sello de la librería de Morón debe haber sido mi primer año de facu allá, en el 87. Me acuerdo que ya me habían parecido muy originales, muy impactantes estos cuentos. Incluso había anotado mucho vocabulario "raro", deslumbrada por la variedad dialectal desconocida.
La introducción y selección es de un tal Néstor Taboada Terán, que gogleo y descubro novelista boliviano. Se suma a mis próximas lecturas.

4 de marzo de 2012

Ecuador para mi final de Latinoamericana II

AMORFINO DE EMBONO



Allá arriba en ese cerro
tengo un pozo de agua clara
donde se baña mi negra
con vino y agua rosada

Allá arriba en ese cerro
tengo un palo colorado
donde pongo mi sombrero
cuando estoy enamorado

Allá arriba en ese cerro
tengo una mata de zapallo
en donde pongo mi pié
no pisa ningún caballo

Allá arriba en ese cerro
tengo una mata de ají
en donde deja er pollito
la mierdita es para tí

Allá arriba en ese cerro
tengo una cajita de oro
donde guardo mis suspiros
y las lágrimas que lloro

....

Cuando yo era chiquitito
lloraba por carne asada
y ahora que estoy grandecito
lloro por mujer casada

Cuando yo era chiquitito
lloraba por un camote
y ahora que soy grandecito
cargo a las chicas al trote


...
Amorfino, canto amyor del montubio - Wilman Ordoñez Iturralde.


Tomado de http://elmontubio.blogspot.com/2007/10/amorfino-de-embono.html

Cuentos del cholo y el montuvio

"Pisaron sobre la grama y la paja blanca; se abanicaron con la llorona; comieron la tuna y apagaron la sed con la pitahaya.
Y todo entretejido por no sé qué misteriosa tejedora que enlaza la muerte y la belleza."



Enrique Gil Gilberto. "Montaña adentro"

3 de marzo de 2012

Extensión Bradbury

CURSO: LA GESTACIÓN DE UNA NOVELA DISTÓPICA: FAHRENHEIT 451 DE RAY BRADBURY : LA TEMPERATURA A LA QUE EL PAPEL DE LOS LIBROS SE ENCIENDE Y ARDE.

DOCENTE RESPONSABLE: Sabrina Alvarez


En la era de la saturación de las comunicaciones (internet, las llamadas redes sociales, celulares, medios masivos de comunicación,) es importante analizar obras de décadas anteriores donde precisamente se anunciaba o se alertaba sobre tal saturación, para poder pensar y seguir construyendo el futuro. La ciencia ficción es un género que siempre ha descrito el mal uso y abuso de la tecnología en un futuro próximo, acuñando así el término distopía – en oposición a la utopía- que describe aquel mundo convulsionado por los avances científicos y sus usos extremos en un futuro al que la humanidad no quiere llegar. En cierta forma hemos llegado: multiplicidad de guerras, ataques, y un bombardeo perjudicial de nuevas tecnologías. ¿Qué podemos hacer para seguir existiendo? Realizaremos un análisis de obras fundamentales de Ray Bradbury: cuentos que servirán de boceto de distopías, y su novela Fahrenheit 451, situada en un futuro donde los bomberos no apagan incendios sino que los provocan, al quemar libros.


DÍA: Miércoles de 13 a 15 hs.

AULA: 131

INICIO: 4 de Abril

FINALIZACIÓN: 27 de Junio

CANTIDAD DE ENCUENTROS: 12 (doce)

ARANCEL: no arancelado

INSCRIPCIÓN: inscripcionesseube@filo.uba.ar

Extensión japonesa

CURSO: CATÁSTROFE, DERROTA Y OCUPACIÓN: LA LITERATURA JAPONESA EN POSGUERRA.

DOCENTES: Prof. Paula Hoyos Hattori, Lic. Matías Chiappe.

DOCENTE COLABORADOR: Prof. Francisco Javier Villareal.


Japón cerró sus fronteras al mundo en 1641 y no volvió a abrirlas sino hasta 1868, tras un proyecto modernizador conocido como la Restauración Meiji. Sus objetivos eran restablecer las relaciones internacionales, reactivar el comercio exterior y propiciar los vínculos interculturales. Durante la primera mitad del siglo XX, sin embargo, este proyecto se vio fraguado. La influencia de grupos tradicionalistas llevó a Japón al más extremo nacionalismo, primero alcanzando una victoria en la Guerra Ruso-Japonesa y luego una derrota en la Segunda Guerra Mundial. El presente curso pretende alejarse de la idea fascinadora y esencialista a través de la cual Occidente ha comprendido a Japón para concentrarse en las consecuencias sociales, morales y políticas que dicha derrota implicó para su población. Al primer período de posguerra (1945-1955) le corresponden la humillación, la vergüenza, la pérdida de un Japón tradicionalmente preservado. Al segundo período (1955-1965) le corresponden la transformación del paisaje japonés y la modificación total de sus costumbres, dada la ocupación norteamericana y el advenimiento de inmigrantes. Se abordarán y se analizarán una serie de obras literarias circunscriptas en cada uno de estos períodos que permitan dar cuenta de todas estas cuestiones. Leeremos obras clásicas de Kawabata Yasunari, Mishima Yukio, Nosaka Akiyuki y Ōe Kenzaburō, obras menores de Hara Tamiki, Tōge Sankichi y Kojima Nobuo, y textos históricos y teóricos de Donald Keene, Roland Barthes y Ruth Benedict.



DÍA: Miércoles de 19 a 21 hs.

AULA: 131

INICIO: 21 de Marzo

ARANCEL: $40

CANTIDAD DE ENCUENTROS: 12 (doce)

INSCRIPCIÓN: inscripcionesseube@filo.uba.ar

El curso será gratuito para los estudiantes de la Facultad de Filosofía y Letras

2 de marzo de 2012