Autocronograma

AUTOCRONOGRAMA

2008: 23 años deseando esta carrera.

2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.

2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.

2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.

2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.

2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.

2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.

2016: El año del Alemán obligatorio.

2017: Dicen que me tengo que recibir.

2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.

2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)

2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".

2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.

2022: O que será que será Que andam sussurrando em versos e trovas 2023: Verano de escritura de 3 monografías y una obra teatral para cerrar racimo de seminarios. Primer año de ya 15 de carrera en que no sé qué me depara el futuro marzo ni me prometo nada.

28 de julio de 2012

Recomendaciones y desrecomedaciones en Forofyl

Re: Literatura del siglo XIX (Cristófalo)

Mensaje sin leer por jledesma » 28 Jul 2012, 17:18


Para que puedan tomar decisiones responsables, les ofrezco unas rápidas pinceladas de los auxiliares que tenemos comisiones a cargo este año, pero no sin antes aclarar que formamos un selecto grupo cuyo rasgo común es ultrajar por todos los medios y formas posibles a los adorables estudiantes de la materia. Consideramos que la cursada debe ser un rito de pasaje que les permita convertirse no sólo en mejores estudiantes de Letras sino en seres humanos más virtuosos y, esto es lo fundamental, más resistentes.

Dicho eso, puedo decirles que…

Valeria Castelló-Joubert es uno de los dos JTPs del curso. Cabello rubio y lacio, ojos claros, mediana estatura, plurilingüe, es muy requerida por proponer ejercicios prácticos para entender mejor la segunda unidad del programa (Sade y Büchner). Merced a esta virtud, a nadie le importa que una de sus pasiones sea confeccionar carteras con las pieles de sus alumnos para venderlas en Plaza Francia a precios exorbitantes.

El otro JTP es Jerónimo Ledesma, docente repugnante y aburrido. Lo desrecomiendo: considera que un cuatro es un milagro. Pero eso no es nada en comparación con su principal extravagancia, a saber: la convicción de que la materia debe ser sentida en tanto materia. Por ello suele arrojar a las cabezas de los estudiantes los libros más gruesos, en este caso, Noventa y tres y Bouvard y Pécuchet, al grito de: ¿sienten la materia? ¿La sienten? Y cuando alguno dice “no”, lo entierra en la arena y juega al cricket –se especializa en inglesa, Ledesma- con su cráneo. Se sospecha que esta pasión por las cabezas de los estudiantes se origina en el resentimiento por su propia macrocefalia. Algunos, más maliciosos, dicen, en cambio, que se origina en una falsa etimología: Ledesma creería que “test” deriva de “testa” y no de “testis”.

Luciana Del Gizzo da clases este año en reemplazo de Martín Rodriguez Baigorria, pero no es la primera vez que da clases en la materia. Esa experiencia anterior dejó en claro que sus estrategias didácticas son insuperables: al alumno o alumna que no cumple con sus expectativas, lo/la obliga a dar, en época de paro, clases públicas sobre autores/as reaccionarios/as, preferentemente nazis, adoptando una posición ideológica explícita en defensa del objeto de estudio. En esas ocasiones, el resto del curso, si quiere aprobar, debe apostarse en lugares estratégicos para abuchear y preferentemente escupir al/la fascista.

Además de torturarlos con un horario matutino, Carolina Ramallo exige en su curso que se hagan buches de Listerine durante una hora antes de pronunciar alguno de los nombres de los autores que trabajamos. Una vez, cuando un estudiante osó decir “Hugo” sin haberse cepillado esa mañana, le arrancó la lengua con la espada samurai que guarda en su human skin bag y se la envió a la oficina de Publicaciones para que hicieran con ella una “tapa loca” para un libro de “Enseñanza de lengua”.

Laura Gavilán, obsesionada con su apellido, picotea los ojos de sus mejores estudiantes y desgarra sus entrañas. Luego le entrega las pieles a Castelló-Joubert, para honrar el trabajo en equipo. Repito, sólo hace esto con sus mejores estudiantes: de modo que los que deseen recibir ese trato preferencial, deberán esforzarse mucho. Sus lecciones sobre política y literatura son impecables.

Mariano Sverdloff se doctoró con una tesis comparativa entre cultura latina y decadentismo francés. O sea, Petronio + Des Esseintes. O sea, todo lo que se encuentra consignado en esos catálogos de perversiones, ha sido estudiado en detalle por Mariano. Creo que con eso alcanza. Ah, no: también exige la lectura de las tres críticas de Kant –indispensables, según él, para entender la materia— en el lapso de una semana. Y si no cumplen, los transfiere a otro práctico para que tengan su merecida sansión.

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