Cuando trato de explicar mi forma de escribir monografías y/o ensayos y/o parciales, digo que acciono por presión, como la olla a presión: meto meto meto mucha verdura en la cacerola, mucha leña al fuego; leo una cosa y otra y otra y otra, y sumo y derivo y agrego (como la señora Caradepapa le mete de todo al señor Caradepapa). Y cuando todo está ahí en remojo, calentando, removiéndose en sus jugos, se supone, que algo "explota" y sale.
Claro que, a veces, el estado de ebullición permanente es un poco molesto. Pero, en general, dejando de lado la falsa modestia, se disfruta mucho y me gustan los resultados (¿Calientes como recién sacados del horno? ¿Esponjosos? ¿Bonitos y gorditos? ¿Estrellados como huevos en la sartén?)
Autocronograma
AUTOCRONOGRAMA
2008: 23 años deseando esta carrera.
2010: Bitácora de quien estudia en Puán porque la vida es justa y (si te dejás) siempre te lleva para donde querés ir.
2011: Te amo te amo te amo, dame más: Seminarios y materias al por mayor.
2012: Crónicas de la deslumbrada:Letras es todo lo que imaginé y más.
2013: Estampas del mejor viaje porque "la carrera" ya tiene caras y cuerpos amorosos.
2014: Emprolijar los cabos sueltos de esta madeja.
2015: Pata en alto para leer y escribir todo lo acumulado.
2016: El año del Alemán obligatorio.
2017: Dicen que me tengo que recibir.
2018: El año del flamenco: parada en la pata de la última materia y bailando hacia Madrid.
2019: Licenciada licenciate y dejá de cursar mil seminarios. (No funcionó el automandato)
2020: Ya tú sabes qué ha sucedido... No voy a decir "sin palabras" sino "sin Puán".
2021: Semipresencialidad y virtualidad caliente: El regreso: Onceava temporada.
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