9 de abril de 2021

Salir de la clandestinidad o esfumarse en la bruma del mito

 

Reseña: “PARAGUAY”

FRAGMENTOS DE HERÁCLITO EN GUARANÍ

Por Javier Martínez Ramacciotti
 

 – Reseña de “Paraguay”, de Martín Rodríguez

Existen varios casos en la biografía histórica de la literatura donde de repente comienzan a correrse rumores a media voz que hablan de un “gran libro” que se está escribiendo, y que algunos pocos tuvieron el beneficioso azar de espiar algunos fragmentos, que luego repiten defectuosamente a quienes después seguirán repitiendo y deformando, y así hasta que el gran libro salga de la clandestinidad o termine por esfumarse en la bruma del mito. La emergencia de internet agregó, sin embargo, una leve modificación a esta secuencia: todos pudimos ir leyendo poemas sueltos de Paraguay que Martín Rodríguez fue colgando en páginas y revistas virtuales, mientras editaba libro tras libro y nos dejaba colgados a su vez a nosotros a la espera de ese libro. Y el problema con la expectativa es la inadecuación más que probable entre nuestra idealización y lo real, que siempre suele ser una materia precaria. Bueno, Paraguay– siguiendo la secuencia clásica mencionada- emergió de su clandestinidad y, simultáneamente, devino bruma mitológica; dicho de otro modo: ocupa de ahora en más el listado de los acontecimientos excepcionales en los que lo real atraviesa, franquea, destruye y supera lo idealizado. Como la guerra. Porque Paraguay es un poemario sobre la guerra, o mejor, es él mismo una máquina de guerra.

Inscripto en la serie de “los poemas políticos”( sosteniendo por un momento la existencia de, al menos, dos series en la poesía de Rodríguez- poemas familiares y poema políticos- series que, en rigor de verdad, existen siempre cruzadas), dialogando con Lampiño (Siesta), Paniagua (Gog y Magog) y Ministerio de Desarrollo Social (Determinado Rumor), Paraguay radicaliza lo que en aquellos tres tenía una insistencia intermitente: la genealogía épica de lo político, o dicho en palabras de Alberdi que Rodríguez utiliza para titular uno de sus poemas: que no existe sobre la tierra autoridad alguna, por justa y liberal que sea, que no haya empezado por ser despótica. Y si la poética de Rodríguez ha sido caracterizada por el afanoso rodeo escritural de los orígenes, en estos poemas se expone la dimensión violenta de todo comienzo; dimensión que no se agota ahí, sino que persiste como una potencia brumosa en todo el proceso de lo iniciado. ¿Qué otra cosa es la guerra de la “triple alianza”- topus poético del libro- sino una guerra por las fronteras, un combate en el que todo se entrecruza, en que los espacios de pertenencia se diluyen y contaminan unos a otros? “El agua mezcla/ no lava” escribe Rodríguez en Natatorio, y si el agua es el elemento clave en su imaginación material, habrá que afirmar ahora que la guerra es el otro factor decisivo en la imaginación política de sus poemas: “hay que hacer la guerra para entrar al mundo”. En el origen- un origen que fue, es y será- hay el agua y la guerra, y el poema es ese ojo que no se despega de su insistencia: “Con un solo ojo ver el orden del mundo. / Con el otro ver el agua libre en el río”. En un presente anélido que parece perpetuarse sin saber cómo inventar un tiempo nuevo, una temporalidad y un mundo inédito que interrumpa su reproducción indefinida, Martín Rodríguez- nuestro Heráclito- nos ofrece una máquina de guerra con la que emprender lo más común y complicado: engendrar, comenzar, nacer de nuevo como el primer pez que salió del agua y respiró el aire y tocó la tierra, y supo que de ahí en más tanto la paz como la neutralidad eran cosas de otro (no)tiempo: “La naturaleza posee una apariencia neutral/ Pero es sólo una apariencia.”

Excursus biográfico:

Rolando Barthes aconsejaba ir anotando las ideas e impresiones que se nos aparecían en esos singulares momentos en que nos vemos obligados a levantar la cabeza del texto. La tarde que compré Paraguay fui directamente a La Tasca, me senté, pedí una cerveza y puse la ya clásica cajita de Vox sobre la mesa. Desde un comienzo la sensación fue de bienestar: el libro en sí es de una edición bellísima y trae cuatro laminillas con dibujos y grabados de Hugo Padeletti. Luego, la lectura; no puedo dejar de confesar que estaba nervioso, esperaba muchísimo de este libro, y no sé si los nervios eran por miedo a que no cumpliera mis expectativas o porque- hipótesis extraña- las cumpliera y superara. Primera poema, quinto poema, décimo poema, y cada poema me obligaba a levantar la cabeza, tomar un trago de cerveza, menear la cabeza, y volver a leer el próximo. Quería decir algo, escribir algo, aunque sean unas líneas abstractas y sutiles, como las de los dibujos de Padeletti. Pero sólo levantaba y bajaba la cabeza como esos perritos que se ponían en la guantera de los autos. Hasta que en un momento, ese momento que coaguló los anteriores ascensos de cabeza, tuve que escribir algo, como aconseja Barthes. Agarré mi celular y le escribí un sms a F.- con quien comparto el fanatismo por Rodríguez, a quien le robé algunas ideas para este texto y que ese mismo día se había comprado también el libro-. Apenas le envié el mensaje de texto, terminé de un tirón la cerveza y el libro, y me fui del Bar. El sms decía, escuetamente, como son las verdades de la intensidad: “Martín Rodriguez lo hizo de nuevo!!” Y lo terminaba con un emoticón sonriente 🙂

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+ acerca de Javier Martínez Ramacciotti (Córdoba, 1985):
Participó de la antología de jóvenes narradores de Córdoba Es lo que hay (Editorial Babel) y de Dieciocho.Antología de poetas hombres de Córdoba (Tinta de Negros Ediciones). Ganó el primer premio del Concurso Literario El Banquete 2011, género poesía, con el libro Fondo Blanco publicado por Alción Editora. Es ayudante-alumno de la cátedra de Hermenéutica y miembro del Equipo de Investigación “La experiencia de la voz, la imagen y el cuerpo en escrituras poéticas contemporáneas (1980-2010).” Participa de la Dirección y Consejo Editorial de la Revista Caja Muda (www.revistacajamuda.net).
Mantiene los blogs www.ennombreimpropio.blogspot.com y www.noeranecesariorama.blogspot.com.
Su mail es: ramacciottijavier76@gmail.com

Libro: “Paraguay”
Autor: Martín Rodríguez
Editorial: Vox – 2012


Tomado de https://www.bitacoradevuelo.com.ar/2013/07/16/sobre-paraguay/

Con medio cuerpo sepultado

 

Reseña: Enterrados, de Miguel Vitagliano

Molesto, insistente, punzante

 Fecha:  TP: Periódico Comisión: Acuña, Desalvo, Lluis

Periódico de trinchera en América Latina: “El cabichuí”

Contexto Durante el conflicto bélico de La Triple Alianza (1864-1870) y como consecuencia del bloqueo aliado al Paraguay, surgen los “periódicos en trinchera”, publicaciones que revolucionan y renuevan el concepto de la prensa gráfica en la región. Utilizados como único medio de estructura posible de propaganda, difundían la imagen del Paraguay, región con un alto […]

Contexto

Durante el conflicto bélico de La Triple Alianza (1864-1870) y como consecuencia del bloqueo aliado al Paraguay, surgen los “periódicos en trinchera”, publicaciones que revolucionan y renuevan el concepto de la prensa gráfica en la región.
Utilizados como único medio de estructura posible de propaganda, difundían la imagen del Paraguay, región con un alto porcentaje de alfabetismo.
Representaban el surgimiento de una nueva práctica social: La lectura colectiva y compartida por la gran mayoría del pueblo paraguayo.
En las trincheras eran leídos en voz alta por algún soldado de rango superior, y luego circulaban de mano en mano para reforzar el mensaje a través de la imagen visual.
Este periódico de combate, el “Cabichuí” (Hubo otros con características diferentes, escritos en guaraní, o sólo portadores de imagen) fue editado desde las trincheras del cuartel general de Paso Pucú.
Tuvo 95 números, de redacción bilingüe, con una aparición dos veces por semana. Sus páginas estaban ilustradas con retratos y caricaturas de escenas y personajes de la guerra.


Nombre

El nombre Cabichuí proviene de una variedad de avispa negra especialmente molesta, y en su portada se hace referencia a esa imagen y se identifica al periódico con esas características: Molesto para el enemigo, insistente, punzante.


Gráfica

Predomina el uso de imagen sobre el texto, siendo el periódico que más ilustraciones posee.
El periódico se trabajaba íntegramente en las trincheras, y era exclusivo del campo de batalla. Desde el inicio de la guerra se tornó difícil el abastecimiento de papel y materia prima, de modo que se realizaba con materiales extraídos del mismo lugar: Fibras naturales, pigmentos vegetales, maderas duras.
Se utilizaba como método de impresión la xilografía, en lugar de la litografía, que era un imposible en aquellas condiciones. Esto permitía el intercalado del texto con las imágenes creando un aspecto visual propio y de fácil hechura, y que pudieran variar los autores de cada página.

Tanto Cabichuí como las demás publicaciones, eran periódicos de factura moderna, ya que se continuaba con la tradición de la prensa europea componiendo un ensamble armonioso de texto e imágenes.

Sus ilustraciones recurrían constantemente a los chistes, la burla y la caricatura. Se trataba de grabados irreverentes de carácter popular con críticas a las autoridades y los ejércitos aliados. Estas imágenes se convertían en interpretaciones simbólicas que se transformaban en instrumentos de defensa nacional.

De una manufactura admirable para la época, con constantes referencias a escenas famosas de la historia antigua, los grabados al principio eran anónimos y con el correr de los números comenzaron a firmarse.


Orden de lectura

Contaba con un orden de lectura establecido: los soldados miraban primero el grabado y luego escuchaban atentamente la lectura del texto realizada en voz alta por un oficial alfabetizado. Se reunían para enterarse de las hazañas bélicas, observaban las imágenes e intercambiaban comentarios.


Rol social

Se combinaba la comunicación oral con la escrita y de este modo se fortalecía la identidad común entre el lector y los oyentes, se alentaba a las tropas, y fundamentalmente se fortalecía la propaganda nacional.

 

El Cabichuí

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Colección Cabichuí del N.1 al N. 55

El Cabichui

Cabichuí   Nº 1 del 13 de mayo de 1867 – agosto 1868

Cabichuí aparece en Paso Pucú, hoy Departamento  de Ñeembucú, el 13 de mayo de 1867. Catalogado dentro del “periodismo combatiente”. De gran valor cultural y artístico por su característica de estar impresos en papel de fibra de caraguatá materia prima del lugar. Utilizó los grabados xilográficos. Las planchas xilográficas de una gran parte de las ilustraciones se conservan en el Museo Militar del Ministerio de Defensa Nacional y en el Museo del Barro y por la utilización del idioma guaraní. Está editado por la imprenta del ejército, el título acompañado de un grabado que reproduce un enjambre de avispas alusivo a su nombre en guaraní, considerando un eficaz instrumento de la defensa, un arma de combate psicológico que enaltecía la moral de las tropas.

Este periódico estaba dividido en pequeñas secciones en guaraní. Comprende un total de 95 números publicados.

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2 de abril de 2021

Ya conocían mi yo poético


 

PURA ALEGRÍA. Ediciones Ayarmanot se complace en informar que abrirá su colección de poesía de ciencia ficción, fantástica, weird, de terror, monstruosa e insumisa, con estos libros fuera de serie: EL FIN DE LA ERA FARMACOPORNOGRÁFICA, de 
Paula Irupé Salmoiraghi
, y SIAMESAS, de María Belén Aguirre (Ganador del Primer Premio del Fondo Nacional de las Artes 2020). Y como el movimiento se demuestra andando, ya iniciamos la PREVENTA del primero de ellos: El fin de la Era Farmaco... 
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— me siento fantástica con 
Paula Irupé Salmoiraghi
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