6 de julio de 2018

Mi lectura de La gaviota de Chéjov


PRÁCTICOS    PRIMER PARCIAL  DE LITERATURAS ESLAVAS   MAYO 2018.
PAULA SALMOIRAGHI     20838420

CONSIGNA b) La cuestión del arte y del artista en La gaviota. Filiación (relación madre/padre-hijo/-a) y creación artística.

            Este texto de Chejov plantea, en la construcción de todos y cada uno de sus personajes, una relación diferente entre arte y vida.  Aunque algunos de ellos, Trigorin, Trepev y Nina, puedan verse como ejes centrales de tres formas de artistas, también lo son Arkadina, Dorn y hasta xxxx y xxx. Lejos de poder decir que Chejov se identifique o se retrate en Trigorin y sus contradicciones, me parece que el planteo es mucho más amplio y permite leer al artista y su producción como complejo entramado de posibilidades múltiples que quedan anudadas todas en el símbolo de la gaviota. Incluso el hecho de que Chejov rechace o critique el simbolismo queda desmentido al titular su obra de modo que la gaviota como nudo simbólico y sus variadas connotaciones ocupen el primer plano de lectura. Se trata de un planteo inclusivo en el que todas las formas del arte son plasmadas y ninguna es limitada a solamente un aspecto o descartada como poco valiosa. Prueba de esta multiplicidad de enfoques son las permanentes actualizaciones que el texto tiene en distintas épocas y contextos siempre desafiando a los lectores interpelados por una poética que incluye todas las formas de vivir, morir y ser artista.
            El símbolo de la gaviota puede interpretarse como: cuerpo vivo e inalcanzable en su vuelo y su libertad, cuerpo asesinable por su fragilidad y cercanía al humano ocioso, cuerpo muerto y manipulado por el falso artista, cuerpo mandado a matar y olvidado, fijación de una vida que ya no existe, capacidad de volar efímera y sometida al capricho de las reglas humanas, etapa inicial del desarrollo de una vida que luego se abandona por el sufrimiento y la experiencia, posibilidad de alegría y libertad que es reprimida por las voces parentales, ilusión siempre sostenida y canalizada en la obra aunque la propia vida se destruya.
            Para sistematizar este análisis, podemos pensar en cada personaje como una gaviota que nace a partir de cierta filiación parental y artística y decide emprender algún tipo de vuelo vital y creativo que lo llevará a una vida de plenitud y a una muerte elegida o que vive según criterios ajenos y falsos (la fama, el éxito, el matrimonio por conveniencia, la vida en el campo como un no haber encontrado el escenario adecuado) y termina sin haber logrado nada bello ni feliz.
            La obra inicia con una mujer que, aunque no se presente como artista, “lleva luto por su vida”, es decir, representa con su cuerpo un sentimiento y transmite con su vestuario u mensaje a los demás. Ella misma es amada pero no corresponde a ese sentimiento porque ama a otro que la ignora y que la expulsa del “escenario” de su vida y de la representación que se prepara (“no pueden estar aquí hasta que empiece”, dice Treplev). El enamorado enviada a la otra pareja (actriz y dramaturgo) que vivirán la obra de arte como unión de sus almas y plasmación de su amor. El mismo Treplev intenta unir vida y escenario cuando busca la luz de la luna como mejor efecto para la obra que se presenta “sin ningún decorado”.
            Nina, la actriz, la bella, la enamorada y amada, aparece, antes de aparecer en escena, como “gaviota” encarcelada por sus padres que no la de dejar ni salir ni actuar y como objeto de envidia de la madre de su amado que, por herencia femenina y de profesión, podría ser su “progenitora” o marca de vida plena, y en vez de eso es su competidora. Arkadina, en vez de la madre y la artista pródiga y orgullosa de su vida y su descendencia, es la avara que no ama a su hijo y envidia a su posible nuera. Como mujer madura y artista egoísta, se ha unido a Trigorin que tiene fama pero no sabemos si talento y cuya obra parece no haber hecho de él una persona plena ni amable. “Ser conocido” parece ser un parámetro de éxito aunque esto se oponga a “la vida”. La polémica entre arte y vida entra directamente en el texto cuando Treplev plantea que no se trata de lograr una mímesis perfecta sino ideal.
            Cuando Nina se define a sí misma como una gaviota no lo hace como símbolo de nada sino como comparación directa en su atracción compartida por el lago. “Todas las vidas cumpliendo su triste ciclo se han extinguido” “Yo revivo cada una de estas vidas dentro de mi ser” Desierto, desierto, vosotras pálidas luces tampoco me escucháis.
            La madre adule al “buen efecto” del olor a azufre y el dramaturgo se enfada y suspende la representación
Escribir una obra sobre la vida de los maestros “nuestra vida, una vida muy dura”, dice el maestro
“Quien ha experimentado el goce de crear ya no puede experimentar ningún otro goce”, le dice Nina a Trigorin.
El médico, hombre maduro que solía ser el galán del lago en su juventud, el que representó este papel  ante las damas y ahora ocupa un rol en la vida de ARkadina y de Masha, aconseja “volar alto, volar alto de la tierra” y buscar un gran tema o su arte se perderá.
Masha es la gran “actriz sin público”, dice que nadie sabe cuánto sufre, busca la ayuda del médico como confidente pero nada encuentra, intenta cumplir su rol de esposa y madre pero no logra cumplirlo porque no tiene sentido para ella.
En la escena en la escena en la que la madre y los otros personajes que construyen un cuadro de viejos envidiosos, se describe al escritor como rata en un granero, parásito que se alimenta de lo ajeno y al que hay que mantener contento con halagos. Arkadina afirma que estar estudiando un papel es mucho más interesante que cualquier otra cosa en la vida.
Nina parece, en un primer momento, creer que vida (llorar, pescar) se opone al arte y que el lenguaje complejo del artista se opone al sencillo de todos los días. Ha caído (junto con la gaviota que le trae muerta Treplev) en la trampa de creer que la fama es el arte, que “ese brillante sol” es Trigorin y a él se entregará como si allí pudiera encontrar la realización de su vida en vez de un hijo muerto, el fracaso del amor verdadero y la decisión de ir a buscar la verdad en otros caminos. La “celebridad” de Trigorin, el creer que su mundo es maravilloso al lado de su vida monótona e insignificante, la confunde y la hace transformarse en  una actriz vacía y mediocre. El mismo Trigorin confiesa que su fanatismo por la escritura lo esclaviza y le impide vivir la vida real sin estar todo el tiempo torturado por la intermediación de la creación de escenas o del miedo al público. En ese mismo diálogo Nina y Trigorin diferencias las alegrías de la creación de las tristezas de las respuestas del público y las comparaciones falsas entre otros escritores, la oposición entre gustar a los otros y comprenderse a sí mismo. “Tengo la obligación de hablar del pueblo” “Corro como un zorro acosado por los perros” “Soy falso, falso hasta la médula de los huesos”. Allí mismo ella decide apostar su vida al arte, pero ella se quiere protagonista y dueña de su destino, mientras Trigorin la ubica como personaje de uno de sus cuentos y la gaviota muerta que vuelve a aparecer en escena, une a Nina con la musa que pasa de un amor a otro, del escritor lleno de amor pero sin éxito, al escritor lleno de éxito pero sin amor y cuya unión será estéril (y no sabemos si filicida) para ambos.
La aparición del tema del suicidio surge unida al del duelo: se trata de matarse o matar “al padre”, al escritor que ocupa el lugar deseado en la fama y al lado de la madre y de la musa. Finalmente, la resolución de la obra presenta el doble plano del suicidio fuera de escena de Treplev, consecuencia filicida de las conductas de todos aquellos y aquellas que debían amarlo y no lohicieron, y la libertad de Nina que decide exponerse a todo aquello que le depare la vida fuera de la casa, de la familia de Treplev, del pueblo y del lago, pero dentro de los escenarios que ella misma elija.


Bibliografía










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