PRÁCTICOS PRIMER PARCIAL DE LITERATURAS ESLAVAS MAYO 2018.
PAULA
SALMOIRAGHI 20838420
CONSIGNA b) La cuestión del arte y del artista en La gaviota. Filiación (relación
madre/padre-hijo/-a) y creación artística.
Este texto
de Chejov plantea, en la construcción de todos y cada uno de sus personajes,
una relación diferente entre arte y vida.
Aunque algunos de ellos, Trigorin, Trepev y Nina, puedan verse como ejes
centrales de tres formas de artistas, también lo son Arkadina, Dorn y hasta
xxxx y xxx. Lejos de poder decir que Chejov se identifique o se retrate en
Trigorin y sus contradicciones, me parece que el planteo es mucho más amplio y
permite leer al artista y su producción como complejo entramado de posibilidades
múltiples que quedan anudadas todas en el símbolo de la gaviota. Incluso el
hecho de que Chejov rechace o critique el simbolismo queda desmentido al
titular su obra de modo que la gaviota como nudo simbólico y sus variadas
connotaciones ocupen el primer plano de lectura. Se trata de un planteo
inclusivo en el que todas las formas del arte son plasmadas y ninguna es
limitada a solamente un aspecto o descartada como poco valiosa. Prueba de esta
multiplicidad de enfoques son las permanentes actualizaciones que el texto
tiene en distintas épocas y contextos siempre desafiando a los lectores
interpelados por una poética que incluye todas las formas de vivir, morir y ser
artista.
El símbolo
de la gaviota puede interpretarse como: cuerpo vivo e inalcanzable en su vuelo
y su libertad, cuerpo asesinable por su fragilidad y cercanía al humano ocioso,
cuerpo muerto y manipulado por el falso artista, cuerpo mandado a matar y
olvidado, fijación de una vida que ya no existe, capacidad de volar efímera y
sometida al capricho de las reglas humanas, etapa inicial del desarrollo de una
vida que luego se abandona por el sufrimiento y la experiencia, posibilidad de
alegría y libertad que es reprimida por las voces parentales, ilusión siempre
sostenida y canalizada en la obra aunque la propia vida se destruya.
Para
sistematizar este análisis, podemos pensar en cada personaje como una gaviota
que nace a partir de cierta filiación parental y artística y decide emprender
algún tipo de vuelo vital y creativo que lo llevará a una vida de plenitud y a
una muerte elegida o que vive según criterios ajenos y falsos (la fama, el
éxito, el matrimonio por conveniencia, la vida en el campo como un no haber
encontrado el escenario adecuado) y termina sin haber logrado nada bello ni
feliz.
La obra
inicia con una mujer que, aunque no se presente como artista, “lleva luto por
su vida”, es decir, representa con su cuerpo un sentimiento y transmite con su
vestuario u mensaje a los demás. Ella misma es amada pero no corresponde a ese
sentimiento porque ama a otro que la ignora y que la expulsa del “escenario” de
su vida y de la representación que se prepara (“no pueden estar aquí hasta que
empiece”, dice Treplev). El enamorado enviada a la otra pareja (actriz y
dramaturgo) que vivirán la obra de arte como unión de sus almas y plasmación de
su amor. El mismo Treplev intenta unir vida y escenario cuando busca la luz de
la luna como mejor efecto para la obra que se presenta “sin ningún decorado”.
Nina, la
actriz, la bella, la enamorada y amada, aparece, antes de aparecer en escena,
como “gaviota” encarcelada por sus padres que no la de dejar ni salir ni actuar
y como objeto de envidia de la madre de su amado que, por herencia femenina y
de profesión, podría ser su “progenitora” o marca de vida plena, y en vez de
eso es su competidora. Arkadina, en vez de la madre y la artista pródiga y
orgullosa de su vida y su descendencia, es la avara que no ama a su hijo y
envidia a su posible nuera. Como mujer madura y artista egoísta, se ha unido a
Trigorin que tiene fama pero no sabemos si talento y cuya obra parece no haber
hecho de él una persona plena ni amable. “Ser conocido” parece ser un parámetro
de éxito aunque esto se oponga a “la vida”. La polémica entre arte y vida entra
directamente en el texto cuando Treplev plantea que no se trata de lograr una
mímesis perfecta sino ideal.
Cuando Nina
se define a sí misma como una gaviota no lo hace como símbolo de nada sino como
comparación directa en su atracción compartida por el lago. “Todas las vidas
cumpliendo su triste ciclo se han extinguido” “Yo revivo cada una de estas
vidas dentro de mi ser” Desierto, desierto, vosotras pálidas luces tampoco me
escucháis.
La madre
adule al “buen efecto” del olor a azufre y el dramaturgo se enfada y suspende
la representación
Escribir una obra sobre la vida de los maestros
“nuestra vida, una vida muy dura”, dice el maestro
“Quien ha experimentado el goce de crear ya no
puede experimentar ningún otro goce”, le dice Nina a Trigorin.
El médico, hombre maduro que solía ser el galán
del lago en su juventud, el que representó este papel ante las damas y ahora ocupa un rol en la vida
de ARkadina y de Masha, aconseja “volar alto, volar alto de la tierra” y buscar
un gran tema o su arte se perderá.
Masha es la gran “actriz sin público”, dice que
nadie sabe cuánto sufre, busca la ayuda del médico como confidente pero nada
encuentra, intenta cumplir su rol de esposa y madre pero no logra cumplirlo
porque no tiene sentido para ella.
En la escena en la escena en la que la madre y
los otros personajes que construyen un cuadro de viejos envidiosos, se describe
al escritor como rata en un granero, parásito que se alimenta de lo ajeno y al
que hay que mantener contento con halagos. Arkadina afirma que estar estudiando
un papel es mucho más interesante que cualquier otra cosa en la vida.
Nina parece, en un primer momento, creer que
vida (llorar, pescar) se opone al arte y que el lenguaje complejo del artista
se opone al sencillo de todos los días. Ha caído (junto con la gaviota que le
trae muerta Treplev) en la trampa de creer que la fama es el arte, que “ese
brillante sol” es Trigorin y a él se entregará como si allí pudiera encontrar
la realización de su vida en vez de un hijo muerto, el fracaso del amor
verdadero y la decisión de ir a buscar la verdad en otros caminos. La
“celebridad” de Trigorin, el creer que su mundo es maravilloso al lado de su
vida monótona e insignificante, la confunde y la hace transformarse en una actriz vacía y mediocre. El mismo
Trigorin confiesa que su fanatismo por la escritura lo esclaviza y le impide
vivir la vida real sin estar todo el tiempo torturado por la intermediación de
la creación de escenas o del miedo al público. En ese mismo diálogo Nina y
Trigorin diferencias las alegrías de la creación de las tristezas de las
respuestas del público y las comparaciones falsas entre otros escritores, la
oposición entre gustar a los otros y comprenderse a sí mismo. “Tengo la
obligación de hablar del pueblo” “Corro como un zorro acosado por los perros”
“Soy falso, falso hasta la médula de los huesos”. Allí mismo ella decide
apostar su vida al arte, pero ella se quiere protagonista y dueña de su
destino, mientras Trigorin la ubica como personaje de uno de sus cuentos y la
gaviota muerta que vuelve a aparecer en escena, une a Nina con la musa que pasa
de un amor a otro, del escritor lleno de amor pero sin éxito, al escritor lleno
de éxito pero sin amor y cuya unión será estéril (y no sabemos si filicida) para
ambos.
La aparición del tema del suicidio surge unida
al del duelo: se trata de matarse o matar “al padre”, al escritor que ocupa el
lugar deseado en la fama y al lado de la madre y de la musa. Finalmente, la
resolución de la obra presenta el doble plano del suicidio fuera de escena de
Treplev, consecuencia filicida de las conductas de todos aquellos y aquellas
que debían amarlo y no lohicieron, y la libertad de Nina que decide exponerse a
todo aquello que le depare la vida fuera de la casa, de la familia de Treplev,
del pueblo y del lago, pero dentro de los escenarios que ella misma elija.
Bibliografía
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