15 de mayo de 2013

Una muestra de los motivos de mi creciente admiración por su pedagogía

Aquí les adjunto una clase diferente de la que di ayer lunes, pero mejor. Correspondería agregar que "huir de lo kafkiano" significa huir precisamente de las interpretaciones que asocian el nombre de Kafka con el dolor y con la pena.
"Las grandes almas epicúreas”, dice Séneca, “no las formó la doctrina, sino la asidua compañía de Epicuro. Tanto durante su vida como después de su muerte, los discípulos y los amigos le tributaron honores casi divinos y procuraron modelar su conducta sobre su ejemplo”. Actúa siempre como si Epicuro te viera, era el precepto fundamental de la escuela. Lucrecio, de quien se dice que compuso su De rerum natura en intervalos de locura, lo consideraba tan grande que no vaciló en postularlo como el fundador de la verdadera sabiduría, a saber:

* Liberarse del temor de los dioses, que por su naturaleza feliz no se ocupan de los asuntos humanos,
* Liberarse del temor a la muerte, que no es nada para el hombre: "cuando existimos nosotros, la muerte no existe; cuando existe la muerte, no existimos nosotros" (Ep.a Men., 124),
* Asumir la accesibilidad del límite del placer (la fácil obtención del placer mismo).
* Asumir la lejanía del límite del mal (la brevedad y la provisoriedad del dolor).

Saludos
DL

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