3 de diciembre de 2011

Sincretismo faulkneriano

"—Jej —dijo Aleck Sander. No era risa. Pero nadie creyó tampoco que lo fuera—. ¿Cómo puedes pensar que este caballo va a cargar con lo que desentierres cuando no quiere cargar siquiera aquello con lo que pretendes desenterrarlo?
Pero él había pensado ya también en eso, recordando lo que le contara su abuelo de los viejos tiempos cuando podía cazarse el ciervo y el oso y el pavo salvaje en el condado de Yoknapatawpha a doce millas de Jefferson, de los cazadores: el mayor de Spain que había sido primo de su abuelo y el viejo general Compson y el tío Ike McCaslin, tío abuelo de Carothers Edmonds, vivo aún y con noventa años, y Boon Hogganbeck la madre de cuya madre había sido una chickasaw y el negro Sam Fathers cuyo padre había sido un jefe chickasaw y la mula de caza tuerta del mayor de Spain, Alice, que no se asustaba siquiera del olor del oso y pensó que si uno fuese realmente la suma de sus ancestros era una lástima que a aquellos ancestros que le habían convertido en furtivo violador de cementerios rurales no se les hubiese ocurrido equiparle con algún descendiente de aquella mula tuerta inespantable para transportar sus instrumentos de trabajo."



William Faulkner. Intruso en el polvo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario