Carlos Jáuregui: Del canibalismo y otros demonios
Es el colombiano Carlos Jáuregui uno de los intelectuales latinoamericanos más reconocidos en la historia del arte. Sus investigaciones lo han llevado al abordaje de temas bien complejos, al relacionar el arte con los procesos colonizadores en la región. Habría que mencionar su libro Canibalismo, antropofagia cultural y consumo en América Latina, más conocido como Canibalia, merecedor del Premio Casa de Las Américas 2005. Durante la XIII Bienal de La Habana tuvimos la oportunidad de escucharle.
«El libro es una historia cultural del canibalismo, pero como tropo cultural. En otras palabras, yo no estoy tan preocupado por si la gente se ha estado comiendo o no entre sí, lo cual hemos estado haciendo desde el comienzo de la humanidad, sino desde el punto de vista de tropo como metáfora cultural, metáfora política, desde el siglo xvi, cuando es usada para justificar la esclavitud y la servidumbre de grupos indígenas. En Chile, por ejemplo, hay también grupos indígenas hasta los siglos xx y xxi, cuando es usada como un poderoso tropo cultural para hablar de consumo, de reciclaje, de contagio, de otros fenómenos culturales».
El investigador viene trabajando el colonialismo desde el siglo xvi hasta el presente. Su relación con el arte —aclara— ha sido importante, aunque más bien diagonal. En la última visita Carlos Jáuregui trae otro tema interesante y complejo, que también se relaciona con Canibalia en cierto modo. Se trata del arte, los genitales y la soberanía del ojo.
«Me invitaron a hablar sobre arte y hacía un año y medio había terminado con una doctorante amiga mía el tema de la visualidad y el género. En otras palabras, cosas tan simples como que nos identificamos como mujer y hombre, algo que parece tan natural y tiene que ver con un proceso histórico y con algo que nosotros llamamos la soberanía del ojo, es decir, cierto imperio visual sobre el cuerpo, específicamente sobre los genitales, por qué son los genitales los que definen el género y como lo definen históricamente. La conferencia fue sobre los aspectos científicos y artísticos, la relación entre ciencia y arte en el siglo xviii en la definición del cuerpo femenino, en la territorialización del cuerpo femenino como tal, de eso se trató con algunas obras de arte desde el siglo xviii hasta el presente».
De alguna manera su línea de trabajo está relacionada con la antropofagia cultural, ¿no?
Curioso que me pregunte usted eso. El trabajo que yo presenté en la Bienal fue sobre género y androcentrismo, pero inicialmente partió como otra invitación para hablar de caníbales, y ya estaba un poco cansado de eso. Así que invité a una estudiante mía de doctorado y le confié para que me colaborara a ver si le daba una visión un poco más fresca. Estábamos viendo una exhibición de arte en París y ella me convenció de que no se trataba de canibalismo. El canibalismo era secundario, como tropo anexo a esta exhibición. Lo que verdaderamente estaba en juego era la generación genital del género, cómo el género se genera visualmente a través de un proceso histórico que es muy similar al colonialismo. Es la colonización del cuerpo como territorio, y en ese territorio la demarcación de lo que se llaman los cuerpos genitales. Ella me convenció e hicimos la colaboración. No siempre es evidente la relación entre el colonialismo y la generación del género, y, sin embargo, hay cuerpos en los que el género es una suerte de territorialización-colonia del cuerpo.
¿Qué mantiene ocupado ahora mismo a Carlos Jáuregui?
Ahora mismo estoy trabajando en lo que fue la ribera maya, esa zona muy turística que va desde Cancún a Belice y que está llena de resource y de hoteles. Todo es menos maya, por supuesto. Esa fue la primera zona de contacto de los conquistadores con México, pero fue la última zona en ser conquistada. Resistió hasta principios del siglo xx. Cancún, la primera ciudad importante, fue fundada en 1974, es decir, muy tarde. Estoy estudiando esa formación de la ribera maya desde el siglo xvi hasta el presente. Es una historia sobre personajes que cambian de bando. He trabajado en varios catálogos de arte, entre ellos uno sobre Guayasamín y otro de Emiliano Zapata, líder zuriano de la revolución mexicana. También he trabajado sobre Bartolomé de las Casas y los gobiernos de la población indígena desde 1516 hasta 1532. Este año voy a cambiar la investigación hacia los procesos de colonialismos en Yucatán. También va a salir un libro mío que se llama Espectros y conjuras; son tres capítulos sobre proyectos coloniales en América Latina.
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