TAMBIÉN HAY CUMPAS QUE COMPARTEN POEMAS CUANDO EMPEZAMOS CON LO DE QUÉ BARBARIDÁ LA VIRTUALIDAD
Sumidos en la sombra del zoom con los ojos cerrados,
con la boca cerrada, recruzada por una raya roja,
nos encontramos juntos pero cuadriculados
en el tapiz de una habitación vertical, deshabitada.
Sin una perspectiva que nos diga quién está más cercano
o quién ya se ha alejado tanto que no existe,
y cuál es el color verdadero y la profundidad de aquellos ojos
y cuál es el tamaño de tantas estaturas similares y quién no es
una pintura sin temperatura.
Aquí donde nadie dice esta boca es la
mía
pues los labios se mueven pero la voz se tarda
en coincidir con su manera de tocarse entre ellosy de tocar con la punta de la lengua los alvéolos
o los dientes por dentro.
El tiempo pasa como veinte animales deslumbrados
a los que ha paralizado la velocidad invisible de la luz.
No se escuchan disparos y la sangre no corre,
ninguna prisa apresura al contacto que nunca comenzó
y sin embargo la imagen se coagula y todos nos quedamos
atrapados.
Eduardo Casar González
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