Dramaturgo, director, actor, escritor e investigador. Doctor en Lingüística de la UBA, dirige el Festival Internacional de Teatro PIROLOGÍAS en las afueras de la Ciudad de Buenos Aires y ha publicado las novelas Mundo Bilina (Finalista del premio de novela Barco de Vapor) y Margarana (Premio de Novela "Los jóvenes del Mercosur"), dos libros de poesía, numerosas obras de teatro, y una veintena de artículos académicos. Como dramaturgo ha estrenado más de quince obras de su autoría, en Argentina, México, Perú, España, Francia, Bélgica, Sudáfrica, Cuba y Centroamérica.
Palacios x Palacios
Mi nombre es Cristian Palacios. Tengo 116 años. No los parezco, porque soy un superhéroe. Mis papeles dicen que nací en Buenos Aires, en 1978. Pero es mentira. En realidad nací en un pequeño planeta azul dominado por un emperador maligno y lleno de verrugas. Escribo libros para niños y para grandes y además obras de teatro. También escribo artículos de investigación y en todos me hago preguntas que nunca llego a contestar del todo. Menos mal. Lloro con las películas para niños y me emociono hasta las lágrimas con las novelas de aventuras. Además soy papá, que es una de las cosas más lindas que me pasó en la vida.
Cristian Palacios.
Biografía.
Soy escritor, dramaturgo, actor, director, gestor e investigador. Son muchas cosas, sí, pero es que nunca pude dejar ninguna. Soy Doctor en Lingüística por la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre el humor ¡Una tesis sobre el humor! Eso ya debería decir mucho sobre mí. Dirijo un festival internacional de teatro en las afueras de Buenos Aires y como actor trabajé en las compañías De la Guarda y Fuerza Bruta. Desde 2002 soy uno de los directores de la Compañía Nacional de Fósforos. Viajé mucho, hice residencias en Francia y en México, dicté talleres en Irán, en Europa y en toda América Latina. Fui el Director General de la Comedia de la Provincia de Buenos Aires. He escrito más de 20 artículos y ensayos científicos y académicos. Publiqué además 2 novelas, 2 libros de poesía y un libro de investigación sobre el teatro para niños. Nunca he tenido más maestros que los que he leído. Borges y Lamborghini, Cervantes y Shakespeare, Georges Perec e Italo Calvino. Mi formación en dramaturgia ha sido caótica y multiforme. Tomé cursos y seminarios donde pude y cuando pude. Aprendo a fuerza de errores. Fracaso cada vez mejor y mucho más estrepitosamente.
Escritura.
Al teatro salgo a buscarlo cada vez que me siento a escribir. Otras veces no me siento, lo busco de parado, saltando sobre un escenario, mezclado con otros actores, gesticulando. Como también escribo narrativa y poesía, creo profundamente que el teatro es otra cosa, que es mucho más lo que la gente hace con eso que uno ha escrito que aquello que uno ha escrito. Estoy profundamente convencido de que la grandeza de toda ficción poética reside en su capacidad narrativa y en su potencial para crear mundos. Después, mucho más lejos, viene el estilo y el lenguaje. Mis obras para niños nacen de la constatación de que la infancia es algo inquietante. Mis obras para adultos nacen del asombro por todo lo que es y ha sido. Cada vez que salgo a buscar al teatro me topo con la literatura. Me resulta inevitable. En ese deambular he llegado a concluir que la literatura es la infancia del teatro. Porque también el teatro parece ser la infancia de la literatura. Creo que toda obra que se precie es una forma de pensar el mundo, un intento desesperado de transformarlo, una manera de estar menos solo, un combate contra la muerte, que siempre gana, que siempre está detrás de cada letra, esperando.
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