7 de agosto de 2017
Primer día de cursada
Salí del cole 11.50. Tenía que llegar a la facu a las 13. No llegué, bué, a las 13.40. Primera clase de Alemán superior empezada y yo no cachaba un fulbo. No importa, ya vamos a ir cayendo. La profe da clase hasta las 15 en vez de hasta las 17 por esta vez. Por esta vez, en vez de esperar dos horas hasta las 19 que está el teórico de Literatura inglesa tuve que esperar 4. No importa: me fui al cajero, trabé la tarjeta porque me equivoqué la clave, no importa, me fui a la librería y me clavé dos Agamben, un Serrato y un Irigaray agotadísimo pero ahí esperándome a mí y a mi tarjeta mágica. No importa, me mandé un sanguche de árabe y un alfajorcito de maicena con café con leche grande porque no había almorzado. Me leí un capítulo de tres de los cuatro libros que me compré. El celu no me conectaba al wifi y no se me ocurrió reiniciarlo en vez de putear contra las redes de puán. No importa, Margarit me sonrió antes de empezar la clase y fue genial hasta las 20.30 que volé a casa en bondi-tren-bondi para hacer la inscripción a prácticos por campues pero ya están todas las comisiones llenas. No importa ya mandé mail llorando que me anoten en la comisión de mi profe gótica preferida y seguro que me dicen que sí.
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