Queremos siempre que la imaginación sea la facultad de formar imágenes. Y es más bien la facultad de deformar las imágenes suministradas por la percepción y, sobre todo, la facultad de librarnos de las imágenes primeras,
de cambiar las imágenes.
(Bachelard 1943: 9).
Qué cierto, qué acierto. Desprendernos de las imagenes, y los mejores cuentos fantásticos no son los que trazan y trenzan imágenes alucinatorias y artificiosas, sino los construidos desde la realidad, los que trascienden y atraviesan la fina película de lo real y entran en un área sin imágenes, sólo de vértigo.
ResponderEliminarCuando aún tenía otro nombre, lo escribí, de alguna forma, aquí. http://encaidalibre.blogspot.com/2006/11/operacin.html
Y Bachelard ahora lo dice más contundente, más directo. Pero es eso.