"Y creo que la naturaleza, que siempre procura hazer las cosas perfetas, si pudiesse produciría continuamente hombres y no mugeres, porque ellas son defeto de naturaleza y cosa acidental, como cuando nace un mudo o ciego, y assí dessean universalmente ser hombres, porque el instinto natural les mueve a dessear su perfeción [...]. Y aunque essa es la razón (dixo Marcelo) que me mueve a aborrecer a las mugeres, no porque dexen de merecer algunas mucho, sino porque temo y conozco sus inconstancias, desdenes, liviandades, traiciones, engaños, embustes, importunidades, y enfados, que son malicias del ánimo."
Juan Arce Solórceno en las Tragedias de amor (1607)
"¡Oh falsa hembra! Al fin al fin muger. ¡Oh, quán bien dizen que muger y mudança es todo uno! Ninguna diferencia entre aquestos dos nombres ay, por entrambos pueden muy bien llamaros y dezir quién sois: gallo de campanario, bela de todos bientos, enemigas de quietud, amigas de guerras, aficionadas a novedades, frágiles, inconsideradas, faltas de entendimiento, y sobradas en liviandades, imperfetas, jamás constantes ni firmes."
Desengaño de celos (1586), de Bartolomé López de Enciso
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