Me encantó La llaga. Me pareció brutal, potente, con muchas puntas para darle a lo psicológico y a lo político.
Lástima que no la había leído ayer para el seminario (la devoré hoy) porque no sé por qué se habló tan tibiamente del incesto pero no se pasó a nada político, se habló de "lugares que parecen" y nada, pif.
Nunca leí tan bien mostrada la situación entre dictaduras y revolucionarios, entre civiles y militares, entre "no se metás" y miedo, entre tortura y exilio. Las dos páginas finales son magistrales (lástima que dicen que el desaparecido "aparece" en la novela siguiente).
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